El lendakari del País Vasco, Iñigo Urkullu, y el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, anunciaron ayer la convocatoria de elecciones para el domingo 12 de julio tras escuchar a los partidos políticos y deliberarlo con sus gobiernos de forma extraordinaria. El político del PNV firmó el decreto de elecciones en la misma tarde de ayer y se publicará hoy en el Boletín Oficial del País Vasco (BOPV). Urkullu, que convocó a su gabinete antes que Feijóo, anunció su decisión después que el mandatario del PP. En ambos casos, las elecciones autonómicas se celebrarán más de cuatro meses después del 5 de abril, fecha prevista en orígen pero que fue suspendida por la pandemia del covid-19.

Urkullu se comprometió a dejar sin efecto las elecciones si se reproducen las circunstancias en las que se encontraba Euskadi con el coronavirus: según aseguró, en ese caso, habría alternativa para celebrar los comicios antes del 25 de octubre. Las duodécimas elecciones vascas se celebrarán según Urkullu con«todas las garantías sanitarias y de participación», pero con el rechazo de EH Bildu y Elkarrekin Podemos, partidos de la oposición que acusaron al lendakari de actuar con criterios partidistas. La campaña electoral podrá acortarse como se hizo en las últimas generales si hay acuerdo entre las distintas fuerzas políticas.

El anuncio no pilló por sorpresa a los grupos de la oposición en el Parlamento Vasco, que mantuvieron las posturas conocidas hasta el momento. Así, Bildu y Podemos acusaron a Urkullu de anteponer «intereses electorales y partidistas» a las «razones sanitarias», mientras la coalición PP-Cs criticó la gestión de la crisis del PNV. La formación jeltzale, que esperará a hoy para pronunciarse oficialmente, tendrá que aplazar su Asamblea General, el equivalente al congreso en otro partido, al estar convocada para el 11 y 12 de julio, ya que serán las jornadas de reflexión y votación de los comicios vascos.

Votar con garantías

Por su parte, Feijóo puso el énfasis en lo mismo: la seguridad sanitaria durante el proceso electoral. La junta electoral analizará el decreto de convocatoria y los expertos que asesoran a la Xunta también articularán recomendaciones para que se pueda votar con garantías, extremo para el que también espera la «colaboración» de la Administración central y así se lo demandó ayer, según reveló, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

En todo caso, enfatizó que las «incertidumbres» que llegaron con la pandemia seguirán no solo en julio, sino durante los meses siguientes y puede que hasta que haya una vacuna para defenderse de la covid-19, por lo que, bajo su punto de vista, era preciso adoptar una decisión en relación a las elecciones.

Para hacerlo, Feijóo recordó que, de acuerdo con el mandato que incluía el decreto por el que se suspendieron los comicios del 5 de abril, escuchó a los principales partidos gallegos. De ellos, sus principales rivales (PSdeG, Galicia en Común-Anova Mareas y BNG) se han opuesto a julio. El PPdeG apoya a su jefe de filas y En Marea también acepta julio, mientras que Ciudadanos ha defendido públicamente que preferiría septiembre.

El del PP alertó de que sería un riesgo esperar a otoño ante la posibilidad de que un rebrote impida llamar a las urnas a los gallegos ya agotada la legislatura (la última vez que votaron en autonómicas fue el 25 de septiembre de 2016).