Marzo y Abril eran los meses en el que el pintor Antonio Camaró tenía previsto presentar a escala nacional en varios actos "El Homo Ethicus" y su nueva obra "La Resistencia Mental" pospuestos por el Covid-19. Antonio Camaró vuelve activar su obra como respuesta a la parálisis del Coronavirus. De hecho, este pasado sábado 16 de mayo, Antonio Camaró, envío un mensaje de solidaridad al presidente de AISA, Cheik Kaled Bentounés, promotor del Día Internacional de la Convivencia en Paz, una iniciativa aprobada en diciembre de 2017 por las Naciones Unidas con el fin de promover la tolerancia, la solidaridad, el respeto y la paz a nivel mundial.

Camaró propone ahora su obra "La Resistencia Mental" y reivindica "con mayor fuerza todavía; la capacidad del ser humano por resistir y defender los valores éticos y la solidaridad entre la Humanidad para activar con nuestras propias respuestas y actitudes, la actividad cultural y social paralizada por el Coronavirus y retomar, de este modo, el compromiso social de cada persona frente a la situación de parálisis y bloqueo que ha suscitado la crisis actual".

En la pintura de Antonio Camaró, su compromiso por la democracia, la libertad y defensa de los valores humanos siguen patentes. Tras el Homo Ethicus y "Jamás", cuadró que condena el exterminio nazi que padecieron más de 7.000 españoles en el campo de concentración de Mathausen y que volverá a ser repuesto por el Gobierno español, Antonio Camaró está embarcado en su nueva obra: "La Resistencia Mental", dedicada a la memoria de su abuelo, Antonio Camaró Chesa (1910 -2004), "ejemplo vivo de lo que supone mantener el espíritu de la resistencia mental, por su vitalidad creativa y su ánimo por vivir, pese a estar exiliado y recluido en varios países y sobrevivir al campo de concentración de Argelès-Sur-Mer". En "La Resistencia Mental" Camaró recoge la capacidad del ser humano para sobreponerse antes las adversidades o situaciones extremas y encontrar el sentido a la vida.

Los valores éticos y el compromiso social y de justicia de la pintura de Antonio Camaró son la herencia recibida por su abuelo, Antonio Camaró Chesa, que fue un pintor, dibujante y cartelista integrante de la generación de artistas de los año 30 cuya obra representa un firme compromiso político-social. Estuvo exiliado en varios países y se formó en la Escuela Superior de San Carlos. Fue un artista asiduo en la Sala Blava d'Acció d'Art, donde mantuvo una estrecha relación profesional con Josep Renau. También fue un icono del movimiento intelectual antifascista, lo que le condujo al campo concentración Argelés-Sur-Mer.

Mantuvo una relación con Pablo Picasso: "fue quien pagó para que Josep Renau y mi abuelo, entre otros artistas y amigos de Picasso, salieran del campo de concentración. Tras su salida, se estableció en Lyon, siguiendo su obra contra la violencia, el nazismo y el totalitarismo", señala el pintor

"La Resistencia Mental" es una obra pictórica de varios cuadros que denuncia la desigualdad, el populismo y el aislamiento social contra "el actual radicalismo y extremismo ultra que condena al ser humano a la exclusión social, únicamente por su color, su origen, su condición de refugiado, exiliado o migrante", afirma Camaró.

Aunque plásticamente Camaró mantiene el colorismo y figurismo de L'Homme Postmoderne, en su nueva etapa, el simbolismo de sus cuadros y dibujos adquiere una dimensión mayor siguiendo la línea plasmada en "El Homo Ethicus" y "Jamás".

En la nueva obra, Camaró recoge la libertad del ser humano frente a la barbarie de los totalitarismos, "a través de personas que padecieron la misma opresión que mi abuelo".

El primer cuadro de "La Resistencia Mental" lo ha dedicado a la figura de Viktor Frankl, que sobrevivió a varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau. De hecho, su libro "El Hombre en busca de sentido", "me ha servido de inspiración para dedicarle el primer cuadro de la serie, en el que el personaje simboliza la capacidad de resistencia de cualquier persona cuando encontramos un sentido a la vida, como el que tuvo mi abuelo, Viktor Frankl, Josep Renau y Picasso".

El segundo cuadro está dedicado a Carl Yung, "impulsor del Insconsciente Colectivo, motor conceptual de El Homo Ethicus y Jamás, e icono de resistencia del ser humano para sobrellevar situaciones adversas como la actual generada por el Covid-19".