Rechazan la etiqueta de oportunidad en tiempos de crisis y prefieren la de responsabilidad social ante la urgencia sanitaria. Sea cual fuere, la colaboración de dos empresas textiles de Torrent les ha permitido, no solo salvar a sus empleados en la estapa más dura del estado de alarma, sino que han aumentado sus plantillas para producir 70.000 mascarillas al día.
Carlos Pérez y José Manuel Guillén dirigen, respectivamente, Funcotex y Diseños Medi, ambas en el polígono Mas del Jutge de Torrent. La primera se dedica a la confección de fundas para colchones. La segunda, elabora ropa laboral y cuenta con un centro especial de empleo con unos 80 empleados en la actualidad.
Diseños Medi fue una de las empresas a las que recurrió Aitex (Instituto Tecnológico Textil) para elaborar mascarillas por orden de la Generalitat al inicio de la pandemia. «Rápidamente nos pusimos manos a la obras para lo que se necesitara», recuerda Guillén. El problema es que Diseños Medi también recibía los encargos de sus clientes habituales para proveer de protecciones a sus empleados. Entonces Guillén pensó en la opción Funcotex.
Carlos Pérez recuerda que por entonces tenía previsión de producción de fundas de colchón para un mes, pero la covid-19 lo paralizó todo. «Clientes del extranjero me decían que no podían recepcionar el material, los camiones no podían salir de España y tuvimos que hacer un ERTE al 65% de la plantilla», explica. Así, fue Funcotex el que se encargó de los primeros pedidos de la Generalitat para sus sanitarios, mientras que Diseños Medi abastecía a sus clientes. Pero la demanda crecía por momentos, sobre todo cuando el Ayuntamiento de Torrent les encargó una partida de 100.000 mascarillas. Ahí surgió el cluster textil torrentino. Funcotex aportaba la materia prima, el corte y el soldado de capas, mientras que Medi finalizaba el producto con el cosido, el embolsado y el empaquetado. Tal era el volumen, que Funcotex respescó del ERTE a un 30% de su plantilla, que actualmente ya está al 100%. Diseños Medi tuvo que establecer un turno vespertino y ha contratado a 40 trabajadores, muchos para el centro especial de empleo. La Mancomunitat de l'Horta Sud, la del Nord, la de la Ribera Alta o ayuntamientos de Madrid, Alicante o Huesca han sido compradores de las mascarillas Made in Torrent
Mantener a los empleados
«Actuamos en un momento de necesidad por responsabilidad. No nos mueve el afan del dinero sino el de crear un producto bueno, certificado, a precio razonable y manteniendo a nuestros empleados», resalta Pérez. «Ha sido enriquecedor aportar nuestro granito de arena sin ver el beneficio que íbamos a sacar, sino trabajar por el bien común de la gente y de trabajadores», agrega Guillen.
Ahora la producción no para, se ha mejorado y se han abastecido de cinco máquinas nuevas, cuartena máquinas de coser y recortadoras. Es indudable que han encontrado una nueva línea de producción, al margen de las que ya tenían. Eso sí, han invertido dinero. Demasido, admiten. Y creen que pueden aportar más, pero con cierta seguridad. Aunque en esto difieren los empresarios, ante la perspectiva de crear una firma nueva -ahora solo colaboran- que fabrique mascarillas, batas quirúrgicas, buzos químicos y empapadores sanitarios. «El mercado depende de las administraciones. Podemos dar el paso de tener una fábrica torrentina y valenciana que fabrique todo eso, pero prefiero hacer la inversión con la garantía de que vamos a ser el proveedor durante, por ejemplo, tres años», defiende Guillen. Carlos Pérez discrepa: «Mi experiencia me dice que para poder vender un producto tengo que tener ya la maquinaria para hacerlo».
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