El verano de este año estará irremediablemente marcado por la pandemia de coronavirus. El SARS-CoV-2 ha tenido al país más de 60 días confinado y el inicio del periodo estival y vacacional de la gran mayoría de ciudadanos coincidirá, en parte con el tramo final de la desescalada o con la llamada 'nueva normalidad'. Las zonas costeras analizan cómo hacer frente a la crisis sanitaria para cumplir los requisitos marcados por el Ministerio de Sanidad y poder salvar la temporada de verano minimizando el impacto económico.

En esta línea, el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) ha elevado el borrador de protocolo para playas a la Secretaría de Estado de Turismo y las Comunidades Autónomas para su posterior validación por parte del Ministerio de Sanidad. Este documento ha sido posible tras lograr el consenso por parte de la Secretaría de Estado de Turismo, las Comunidades Autónomas, los sindicatos UGT y CCOO, las asociaciones de prevención de riesgos laborales AESPLA y PRLInnovación y las empresas concesionarias.

Las zonas de playa son uno de los puntos de máximo interés del sector turístico, pero también de los ciudadanos y del ámbito sanitario. Sobre este eje girarán cuestiones básicas como sacar adelante una temporada estival para minimizar el impacto económico, poder disfrutar de las zonas de litoral del país y, sobre todo, minimizar el impacto del virus manteniendo todas las medidas de seguridad oportunas para que las dos cuestiones anteriores se puedan conjugar sin que esto implique un repunte de casos.

En las playas, serán los entes gestores de las mismas los encargados de constituir un comité para medir los riesgos y poder crear un plan en el que se contemplen todos los servicios, equipamientos e infraestructuras de las zonas de costa como los accesos, el arenal, los aseos, vestuarios y taquillas; los puntos y suministros de agua potable y lavadero de pies; infraestructuras y equipamientos de las empresas concesionarias; las infraestructura y equipamientos de uso específico de personas con discapacidad; las papeleras, las áreas de juego infantiles, las instalaciones deportivas, las pasarelas y los puestos de socorrismo.

Este protocolo establece algunas medidas que detallamos por puntos a continuación:

  • La capacidad de la playa dependerá del ente gestor (ayuntamientos, autonomías, costas...), que será el encargado de estimar la capacidad teniendo en cuenta sus capacidades y usos. Deberá determinar un máximo de personas que deberán conformar grupos.
  • Formas de control de aforo: el ente gestor podrá optar por control de accesos, organizar entradas y salidas para evitar aglomeraciones y determinar cómo se informará de que las playas están completas.
  • Cómo se informará del aforo completo: cartelería tradicional, recursos humanos o aplicaciones tecnológicas que permitan que los ciudadanos no lleguen a desplazarse hasta las diferentes zonas.
  • Primera línea de playa: se deberá disponer de un plan de seguridad para prevenir contagios por covid-19 entre quienes ocupan la primera línea de playa y quienes pasean por la orilla o se bañan.
  • Accesos: se informará siempre a los usuarios de las medidas de prevención, la capacidad de la playa o las posibles restricciones que se apliquen.
  • Baño asistido: se informará también si se presta este servicio en los accesos a la playa. Deberá asegurarse con EPIs o medios mecánicos oportunos.
  • Áreas de juego infantiles, deportivas o de esparcimiento: serán habilitadas para su uso en función de las disposiciones que emitan las autoridades competentes y cumpliendo con las oportunas medidas de seguridad. En este punto del documento se señala, no obstante, únicamente a las áreas que no sean concesiones a empresas privadas.
  • Hamacas y sombrillas: deberán permanecer delimitadas con elementos como balizas, cintas o indicaciones. Se deberá establecer un control sobre el mecanismo de asignación de forma que se pueda asegurar la limpieza y desinfección de los equipos. Se asegurará siempre la distancia de seguridad entre usuarios.

Estos protocolos publicados por el ICTE deberán ser avalados por Sanidad. Una vez cuenten con la aprobación se inicia la transición "hasta su conversión en Especificaciones Técnicas UNE, proceso que se espera poder culminar a lo largo de este mes gracias a la colaboración de la Asociación Española de Normalización (UNE). Posteriormente se continuará con el proceso de internacionalización y se presentarán en las reuniones del Comité ISO/TC228 de Turismo y Servicios Relacionados", unos encuentros que se espera que puedan desarrollarse en la primera quincena de julio.

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