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Los despachos comienzan a acumular peticiones de ERE y concurso por la crisis

Un nuevo cambio normativo abre la puerta a los despidos sin penalización para la empresa tras el ERTE, pero exige acreditar estar en riesgo de concurso

Ciudad de la Justicia, durante el estado de alarma. efe/kai försterling

Con la mayoría de sectores retomando el pulso con mayor o menor brío, ya se vislumbra el paisaje después de la batalla. Y la resaca de la pandemia se presume demoledora para empresas y trabajadores. «En una semana que llevo trabajando, tengo sobre la mesa diez peticiones de concurso y tres quiebras personales». Con esta crudeza resume Javier Ortiz, director de Ortiz & Asociados, el panorama que se está encontrando. No es excepcional. Muchos despachos jurídicos no paran de recibir consultas ante el escenario de incertidumbre, cuando empiezan a expirar los dos o tres meses de plazo con que se aprobaron miles de expedientes de regulación temporal del empleo.

«El ERTE por fuerza mayor viene con la fecha dada, cuando acabe alarma. El ERTE por causas económicas es para casos que, o no entraban en la casuística de fuerza mayor o querían más tiempo más allá del periodo de alarma. Ahora estamos estudiando el día después. A todas horas. La última llamada era de un empresario que plantea que parte de la gente que tiene en ERTE pase a ERE (despidos). Las perspectivas no son buenas. Nos preguntan continuamente qué pasa después del ERTE: ¿puedo hacer otro; un ERE; dar vacaciones en julio y volver en agosto?», relata Federico Varona, de Varona Asesores.

La figura del ERTE está dando oxígeno a las empresas para ganar tiempo. «A diferencia de 2008 hoy tenemos la figura del ERTE, que ayuda a la empresa a flexibilizar su adaptación a la nueva realidad y la plantilla se va reincorporando según necesidades. En 2008 fueron ERE, con lo que el empresario se descapitalizaba aún más por las indemnizaciones por despido», explica Javier Ortiz.

Seguir con el salvavidas del ERTE

Con todo, el especialista entiende que la normativa laboral que está desplegando el Gobierno se debe comenzar a adaptar a la realidad de cada sector, no ser tan general y desligarse del estado de alarma, cuando ya no habrá exenciones fiscales para las empresas aunque habrá sectores que aún no puedan volver al 100%.

Y es que el problema viene ahora, cuando las empresas empiecen a perder el salvavidas del Estado. «En todos los ERTEs que he negociado con representantes de los trabajadores (todos los que no han sido causa mayor), se ha incluido en el acuerdo crear una comisión de seguimiento para, llegado el momento de vencimiento, si se dan circunstancias similares, iniciar uno nuevo también en similares condiciones. Nuevos ERTE que incluso se va a proponer que sean de mayor duración», detalla Santiago Calvo, laboralista de Pedrós Abogados.

Pero no todo será igual en esta prórroga, sobre todo para los trabajadores: la ventaja de los actuales ERTE es que no les consume meses de paro, y esto ya no va a darse a partir del 30 de junio. «Será una cuestión importante a tratar», avisa.

Y ¿qué hay de los despidos? Una de las ideas que quedó fosilizada es que los ERTE blindaban a los trabajadores de despidos los seis meses siguientes. La realidad es que puede haberlos, solo que habrá alguna penalización para la empresa. En los ERTES por fuerza mayor la cláusula de mantenimiento de nivel de empleo se prolonga durante 6 meses. En los ERTES ordinarios, este mantenimiento (6 meses, 1 año, 3 meses, etc) se ha ido negociando con los sindicatos en cada caso. Puede haber despidos, pero no serán por causas objetivas, sino improcedentes (hay juristas que defienden incluso la nulidad), y el empresario básicamente tendrá que devolver las cuotas a la seguridad social exoneradas, explica el laboralista de Pedrós.

Flexibilización de despidos

Y es que la prolongación de la crisis va a provocar que muchas empresas no tengan capacidad de reincorporar a toda su plantilla. «Consecuencia: o solicitan nuevos ERTE, o acuden a lo acordado estos pasados días, y es que las empresas podrán incumplir esta cláusula de mantenimiento de nivel de empleo siempre que concurra un riesgo de concurso de acreedores. Es decir, un incumplimiento generalizado de pago de obligaciones tributarias durante los tres meses anteriores, cuotas de la Seguridad Social o salarios e indemnizaciones las tres últimas mensualidades», detalla Calvo. En su despacho, están recibiendo ya a empresas que prevén la posibilidad de acreditar estar en riesgo de concurso porque ven que no van a poder mantener el nivel de empleo.

Para este abogado, va a existir controversia sobre qué se le exige a la empresa, si haber incumplido ya con sus obligaciones o únicamente estar en riesgo de hacerlo. «Veremos que dicen los juzgados. Pero va a ser uno de los temas calientes de los próximos meses».

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