La Ministra de Educación Isabel Celaá ha lanzado una propuesta a los centros educativos: que piensen, de cara al próximo curso, qué espacios de sus instalaciones serían susceptibles de convertirse en aulas temporales para reducir en la práctica la ratio de las clases y dividir al alumnado en grupos más pequeños. En concreto, la ministra ha instado a que se aprovechen «todos los espacios físicos de los centros», como bibliotecas, gimnasios o salones de actos.
A pesar de reconocer que no se puede decir «nada con seguridad» en relación al próximo curso, lo que sí parece claro hasta que se consiga la reducción de la presencia del virus en España es que si las aulas vuelven a acoger al alumnado deberá ser con medias de protección de por medio y con distanciamiento social. Por eso, la ministra afirmó que hay que «modernizar infraestructuras» y aprovechar «absolutamente todos los espacios físicos» de los centros, tanto internos como externos, para «abordar con la máxima garantía el inicio de curso», explicó el jueves en el Congreso.
Además, la ministra fue más allá y también pidió a aquellos centros que vayan a abordar «alguna obra pequeña» este verano «que lo haga con la perspectiva de abrir espacios para asegurar distancia».
Estas palabras no han sentado bien en la Federación de Directivas y Directivos de centros públicos de Infantil y Primaria (Fedeip). Su presidente, el valenciano Vicent Mañes coincide con la ministra en que hay que adecuar las instalaciones, pero eso necesita «un plan de inversiones».
«Desde hace años, y por culpa de los recortes, hemos tenido que habilitar espacios que antes no eran aulas como aulas, para aumentar unidades», detalla. Por eso, asegura que en muchos colegios «ha desaparecido el aula de informática o de música, la biblioteca...y la solución no es tan fácil como decir 'habilitemos gimnasios o bibliotecas para dar clase': hay que hacer un plan serio».
Así, los equipos directivos de las escuelas consideran que «hay que centrarse en un plan de contingencia adecuado, que el profesorado esté formado, que los centros reciban asesoramiento para poder adecuar las instalaciones, y que los planes de contingencia no se redacten en los colegios, que lo hagan expertos en la materia» pero, sobre todo, «es el momento para bajar las ratios en las nuevas matrículas, reforzar las plantillas para hacer turnos y preparar actividades para el alumnado que esté en casa», afirma el director.
Por eso, la propuesta del ministerio es, para Fedeip, «una ocurrencia para destapar debates que en algún caso no tienen mucho sentido». «Es una más, parecido a la incorporación de los niños de cero a seis años, que se dijo sin valorarlo con nadie ni escuchar las recomendaciones de los pediatras ni la OMS», lamentan. «Hemos enviado varios correos al principio del estado de alarma y en cada fase, y el ministerio ni nos han contestado», lamentan desde Fedeip.
Por su parte, desde la Conselleria de Educación, manifiestan sobre la cuestión que esperan que el ministerio convoque el grupo de trabajo especifico para coordinar, en todo el Estado, «las necesidades y las condiciones para preparar el inicio del próximo curso escolar, así como la creación de un fondo de cooperación territorial que permita incrementar el presupuesto de Educación», como ya han solicitado al Gobierno. Más fondos ayudarían, por ejemplo, a aumentar el profesorado, ya que los grupos deberían reducirse y, por tanto, se multiplicarían y se requerirían más docentes.
La ministra se ha comprometido a que la información del próximo curso «esté antes de las vacaciones» y también ha apuntado esta semana que no debería haber más de 15 alumnos por aula. En 2019-20, la ratio en los colegios valencianos es de 21 alumnos de media por aula.
