El Ayuntamiento de Gandia ha puesto en marcha una curiosa iniciativa con el objetivo de concienciar a su ciudadanía de la necesidad de utilizar mascarillas de protección para ir por la calle para seguir reduciendo las cifras de contagio por coronavirus. Desde ayer, la mayoría de esculturas de la ciudad, al menos las más representantivas, lucen mascarilla.

La idea surgió del departamento de Sanidad que dirige la concejala Liduvina Gil tras detectar, como ella misma reconocía, que «solo el 25% de los viandantes van siempre con mascarilla».

Desde el jueves, este elemento de protección es obligatorio para ir por la vía pública siempre que no se pueda guardar la distancia de seguridad de dos metros.

Las mascarillas que lucen la familia Borja de la plaza Escola Pia, el Tio de la Porra de la Casa de la Marquesa, la Lectora Impaciente de la Biblioteca Central o María Enríquez y Ausiàs March, entre otras, han sido una donación de un grupo de modistas de la ciudad que las elaborado. «Esta es una buena manera de reflejar que Gandia es una ciudad que se cuida, que cuida a la ciudadanía y que nos cuidamos los unos a los otros», indicaba la edila Liduvina Gil.