Su capacidad de combinar la seguridad sanitaria exigida con la satisfacción de disfrutar del turismo y los espacios al aire libre fuera de los núcleos urbanos ha hecho de la autocaravana el medio de transporte de moda para viajar y una aliada para fomentar la economía en las zonas de interior.

La crisis social y económica aparejada a la sanitaria de la covid-19 ha puesto en jaque al sector turístico, uno de los motores económicos más potentes de España, que busca alternativas y fórmulas para no perder por completo la temporada estival.

A esta búsqueda de alternativas se suma el continuo llamamiento del mundo rural y de interior que está pidiendo que la «desescalada sea para todos y que tenga en cuenta la necesidad de recobrar la actividad económica también en los territorios más despoblados», según explicó Fabrizio Muzzati, gerente de la empresa castellonense Aquíestoy Caravaning.

Esta idea entra en la línea de la propuesta de la Agenda Antidespoblación de la Generalitat (Avant) de crear una red de áreas de caravanas en el interior de la Comunitat Valenciana, especialmente en zonas sin oferta suficiente de alojamiento y para dar la oportunidad de disfrutar de estos municipios. La propuesta se refiere a pueblos que por su tamaño no disponen de suficiente número de alojamientos para acoger a los visitantes en épocas vacacionales, pero en los que el beneficio para la economía local «es muy grande».

El secretario ejecutivo de la patronal del sector, Aseciar, Raúl Vaquero, anunció que el gremio lanzó una propuesta antes de que llegara la pandemia de la covid-19, Ecovaning, que pretendía no solo participar en campañas ecológicas contra la basura en la naturaleza sino participar en la recuperación de pueblos de la llamada España vaciada.

En la Comunitat Valenciana, aseguró, «se vende más la costa que el interior» y con el camper y la autocaravana se puede acceder a los pequeños pueblos alejados de la costa, que muestran su interés ahora para que se acuda a sus campings, zonas de pernoctación o aparcamientos autorizados.

Los ayuntamientos de estos pueblos, señaló Vaquero, están transmitiéndoles esa voluntad de atraer al público de poder adquisitivo medio-alto que representan los viajeros de autocaravana ya que «gastan bastante -entre 80 y 100 euros al día- y dan seguridad», porque son principalmente familias o matrimonios senior que cumplen las normas y llevan su propio menaje, su váter químico y no son un riesgo «ni para contaminarse ni para contaminar».

Desde la patronal indican que en los territorios que están en fase 1 ya pueden desplazarse los viajeros siempre que lo hagan dentro de su misma provincia, lo que propicia no solo la reactivación económica de las pequeñas poblaciones sino también el propio conocimiento del entorno por parte de los usuarios.