Una vez queda aclarado el destino que corren tanto mascarillas como guantes desechables, todavía se tiene que resolver lo que le ocurre a todo ese material que ha estado en contacto más directo con el coronavirus. Es decir, el que proviene del hospital. Aunque el protocolo es mucho más estricto, el resultado final no difiere mucho de lo que ocurre con los residuos de la mayor parte de la ciudadanía.

Según explican fuentes oficiales, el Departamento de Salud de la Ribera tiene protocolizada la recogida de residuos biosanitarios, que todos los profesionales cumplen estrictamente. Por un lado, si el material a desechar (guantes, mascarillas, etc.) ha sido utilizado para la atención de un paciente con covid-19, con sospecha de coronavirus o con alguna otra patología infecciosa, los residuos biosanitarios se consideran de Tipo III, por lo que se depositan en los contenedores específicos con identificación externa. Por su parte, en los casos en los que el material a desechar no ha sido utilizado para la atención sanitaria de un paciente infectado o sospechoso, se consideran de Tipo II y se depositan en bolsas de basura convencionales.

«Tras esto, el personal de limpieza, debidamente equipado y protegido, traslada los residuos biosanitarios hasta el punto limpio del centro sanitario, donde una empresa externa recoge los contenedores y bolsas y los transporta hasta una planta de residuos, donde se procede a su esterilización y eliminación», concluyen las mismas fuentes.