El Consell Valencià de la Joventut (CVJ) hizo público la semana pasada un documento que analiza el impacto de la covid-19 en la juventud valenciana y propone medidas concretas en ámbitos como la transversalidad de las políticas de juventud, la educación, la ocupación y la vivienda para ayudar a las generaciones más jóvenes, golpeadas ya por la crisis de 2008,a afrontar la nueva crisis derivada de la pandemia del coronavirus.

El manifiesto debe ser «la base» para realizar «un estudio cuantitativo y cualitativo» sobre las consecuencias que sufrirán los valencianos menores de 30 años, «uno de los colectivos más vulnerables ante cualquier crisis», apuntó la presidenta del CVJ, Pilar Blasco. Es necesario «apostar por la juventud, ahora más que nunca, para no cronificar su pobreza».

El documento, donde han colaborado entidades y consejos de juventud, deja constancia de la preocupacion de los jóvenes por su futuro y los problemas que esto comporta para su salud mental (frustración, ansiedad y depresión), además de las consecuencias socioeconómicas de la crisis que generarán tensión económica y desmotivación. Para el CVJ es necesario reforzar de forma prioritaria el sistema público de asistencia psicológica permanente.

Atención psicológica

Blasco también mostró su preocupación por algunas de las medidas que han lanzado desde el Gobierno central, como la renta mínima vital, y que dejan fuera las personas menores de 23 años. «Las personas de 16 a 23 años también tienen trabajos precarios y temporales, además del tiempo que dedican a su formación. Negarlosel Ingreso Mínimo Vital es negar esta realidad».

El manifiesto plantea medidas concretas como regular los precios del alquiler y de aumentar las partidas presupuestarias de las ayudas a la vivienda. «Hay que recordar que la mayoría de las personas jóvenes no puede emanciparse y, si lo hace, es con la modalidad de alquiler», apuntó Blasco.

En materia de educación, el CVJ cree necesario garantizar el derecho al ocio educativo, como apunta la Ley de Políticas Integrales de Juventud, para que niños, niñas y jóvenes puedan acceder. Aboga además por la reducción de las tasas universitarias, programando una bajada progresiva e incidiendo especialmente en las segundas, terceras y posteriores matrículas.

«Es importante que se elimine, además, el requisito académico de las becas de la Generalitat, porque esto solo aboca las familias más vulnerables a un círculo vicioso del cual no pueden salir», apunta Blasco.