Apareció de la noche a la mañana, sin avisar. «Fuimos dos amigos y yo, porque pesa ochenta kilos». No tiene ni concurso público, ni licencia. Pero el pueblo, especialmente las entidades vecinales, lo han acogido de buen grado. Tanto, que se ha convertido en cuestión de horas, en un icono de Benimàmet. Hasta el alcalde pedáneo, José Melgares, la ha bendecido: «Es un acto de generosidad de este chico, la ubicación es buena, la Asociación de Vecinos me ha pedido que no la retire... vamos, que estoy de acuerdo».

Se trata de una escultura de arte urbano que se ha convertido en motivo de curiosidad y que ha entrado por los ojos de los habitantes de la población. La figura de un anciano, enfundado en un abrigo y con la mascarilla puesta. Al lado, una placa: «En recuerdo a los fallecidos por Covid 19». «No, no es un monumento nacional, de acuerdo, pero creo que su significado es importante. Debemos recordar a todos aquellos a los que no hemos podido despedir y dejar un recuerdo de lo que hemos vivido». Así lo describe su autor, un joven del barrio, Yerai Sabino, que lo ha hecho de forma desinteresada. En Benimàmet todos se conocen. Él no es artista. Llegó de niño desde su Cádiz natal, «pero a estas alturas ya soy un valenciano más». «Soy trabajador vertical, y como el tema me tocó la fibra y estaba sin poder trabajar, empecé a darle vueltas a la idea. Y ha salido todo de mis manos, ¿eh?».

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Una escultura recuerda en Benimàmet a las víctimas del Covid 19

Está hecho con cemento fibrorreforzado y barnizado para que no filtre el agua «y pueda estar mucho tiempo». «Estoy muy contento porque ha quedado redondo: los pies apoyan en el césped, está sentado en la barandilla, no molesta porque mira al jardín... y me encantaría que quedara como recuerdo para el futuro. Desde luego, «falcado» está. Hasta ha coincidido que lo pusiéramos con el inicio de los días de luto». Es una creación libre. «El anciano no está basado en nadie en especial».

Se puede ver en un pequeño parque de la calle Silla, «que además se llama Parque Esperanza. ¿Qué más se puede pedir?». Una vela y una botella de plástico con unas flores son algunos de los objetos que han empezado a aparecer a su lado.