La ONCE vuelve a salir a la calle el próximo 15 de junio. Los vendedores de cupones retoman la actividad tres meses después de que la crisis de la covid-19 obligara a parar la venta. Miles de ellos esperan el regreso a la «normalidad» con ganas, aunque expectantes ante las nuevas normas de seguridad e higiene ante la pandemia. Dos vendedores de Xàtiva y Ontinyent, Andrea Lizarraga Iriarte y Vicente Llopis Alcaraz explican cómo afrontan la reincorporación y cómo han vivido el confinamiento dos personas con discapacidad visual.
Vicente expresa sus «ganas de volver a trabajar», pero muestra su «preocupación» sobre cómo será el contacto con la gente en una actividad donde este aspecto es esencial. El vendedor, que regenta un quiosco de la ONCE en la céntrica avenida Daniel Gil de Ontinyent, señala que la organización les dotará de un kit de protección con pantallas, mascarillas y guantes. Él, con ceguera total, pone de manifiesto que «no puedo trabajar con guantes, necesito tocar el dinero para reconocerlo». Vicente afirma que vendedores y clientes «tendremos que acostumbrarnos a la nueva situación» y cumplir las normas para evitar contagios.
En el mismo sentido se expresa Andrea, que ya asume que «la forma de venta cambiará. Tendremos un kit de protección y un protocolo a seguir», aunque resalta que el quiosco que regenta en la calle Vicente Boix de Xàtiva «ya me protege. Pero sí, habrá que acostumbrarse a nuevas normas», admite. La vendedora se muestra «ilusionada» por volver al trabajo y «reencontrarnos con los clientes, saber cómo están, muchos son habituales y los conocemos».
Para Andrea, los casi tres meses sin trabajar y confinada en casa «no han sido fáciles». Esta vecina de Xàtiva con una discapacidad visual grave ha pasado el confinamiento con su hija adolescente, de 14 años, que «por suerte es muy casera», dice. La joven ha sido «la que ha ido a hacer la compra. También nos han ayudado mis padres», explica Andrea. Para Vicente, que ha pasado el confinamiento solo —su pareja estaba en otro sitio—, realizar la compra también se convirtió al principio en una preocupación. Primero recurrió al servicio del consistorio ontinyentí «pero requería disponer de dinero en efectivo y preferí no disponer de efectivo. Pero al final no hizo falta este servicio, he contado con familiares, amigos y un conocido que compra en el mismo comercio que yo», según explicaba ayer.
Aficiones en el confinamiento
Vicente afirma que el confinamiento «ha sido duro. Al principio había preocupación porque no sabíamos qué iba a pasar con nosotros, entramos en el ERTE, pero después, tras explicarnos como podría volver a trabajar, la situación se tranquilizó», señala, destacando el «apoyo de la ONCE», que les ha hecho un seguimiento personal. Vicente también apunta la «monotonía» del confinamiento, que él ha sabido suplir con aficiones como la música y la radio, que han sido sus «vías de escape». Es un gran aficionado a cantar —ha ganado varios concursos— y dirige una radio online (VicenteRadio), en la que «hago fórmula con música actual, grandes éxitos, remember,... También atiendo peticiones de oyentes». Andrea, gran aficionada a las actividades al aire libre como el senderismo, ha tenido más complicado practicar su afición. «Al principio lo llevé bien, pero después me subía por las paredes. Solemos hacer salidas de 40 personas y estamos todos esperando poder retomarlas». Andrea aún con más ganas, ya que a la última, en febrero, no pudo ir.
Ambos vendedores de la ONCE coinciden en las «ganas de recuperar cierta normalidad». Para Andrea, un regreso con «ilusión, porque se nota mucho no tratar con la gente tanto tiempo», y «con nerviosismo, por cómo vamos a desenvolvernos», añade. Tendrán el apoyo de la Agencia de Xàtiva, que dirige Simón Costa. Para estos vendedores de la ONCE, la «nueva normalidad» ya llega.
