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Juicios en tiempos de coronavirus y mascarillas

Sin togas y con un aforo reducido al 85 % para mantener la distancia social juzgan a cuatro acusados por tráfico de drogas en la Audiencia de València

Juicios en tiempos de coronavirus y mascarillas

Con cita previa como en el médico, habrá que acostumbrarse, podemos acceder por primera vez a la vista oral de uno de los pocos juicios que se han celebrado en la Audiencia Provincial de València - trece causas con preso- desde que se decretara el estado de alarma a mediados de marzo. Una de las garantías recogidas en el artículo 24.2 de la Constitución es la audiencia pública de la Justicia y ni el coronavirus puede impedir que los medios de comunicación o aquel ciudadano que esté interesado en un juicio (familiares, profesionales del Derecho, estudiantes) asistan a la vista oral, siempre y cuando se cumplan las medidas sanitarias y de distanciamiento social.

En la era post Covid-19 el aforo va a ser una de las mayores restricciones con las que lidiar este carácter público de los juicios y el cumplimiento efectivo de las medidas de seguridad para evitar nuevos contagios. Así, en algunas salas se ha reducido hasta un 85% su capacidad. Para los juicios de jurado se habilitará la sala Tirant Lo Blanc, la de mayor capacidad y donde se suelen celebrar las macrocausas.

En el juicio celebrado ayer contra cuatro acusados por tráfico de drogas en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de València, que cuenta con una de las salas más grandes de la Ciudad de la Justicia, apenas quedaban diez asientos libres para el público, cuando habitualmente hay 75 plazas.

En la sala, todos con mascarillas y guardando respetuosamente cerca de dos metros mínimos de distancia social, estaban presentes los tres magistrados, el fiscal, la secretaria judicial, los cuatro acusados y sus dos letrados, dos agentes de la Policía Nacional custodiando a la procesada traída de prisión -de ahí que se celebre al tratarse de causa con preso-, y tres personas de público (un familiar, el responsable de prensa del TSJCV y un servidor). Sin olvidarnos de la funcionaria, con guantes para manipular los expedientes en papel, y que en su caso sí que tenía que aproximarse en ocasiones a los acusados para acercarles el micrófono.

Ni rastro de las habituales togas negras -se les ha dispensado de su uso a jueces, fiscales y abogados-. Dando paso así a otra imagen que a partir de ahora será muy común también en los juzgados, el uso obligatorio de mascarillas. En la puerta de entrada a la sala se ha colocado un dispensador de hidrogel. En el interior, las filas de asientos precintadas dejando tan solo uno libre por cada dos filas, y los micros forrados con una bolsa desechable.

Cuando el coronavirus todavía no había hecho acto de presencia los juicios por tráfico de drogas con varios acusados solían congregar a las puertas de la sala a un gran número de asistentes, entre testigos y familiares de los implicados. Ayer eran 17 los testigos citados, todos ellos policías, también con su correspondiente mascarilla, aunque respecto de la distancia es comprensible que fueran algo más laxos. Solo uno de ellos tuvo que entrar finalmente a la vista oral para ratificar su informe al llegar las partes a un acuerdo de conformidad.

Antes de comenzar el juicio la presidenta de la Sala ordenó identificar al público asistente para en caso de detectarse posteriormente un contagio establecer la trazabilidad del mismo.

Los cuatro acusados, tres de ellos defendidos por el letrado Vicente Monzó, reconocieron los hechos. En mayo de 2019 se les intervino cocaína y heroína valorada en unos 80.000 euros tras los registros domiciliarios realizados por la Policía Nacional en Gandia. Así de las penas que inicialmente solicitaba el fiscal se les rebajó a seis años de prisión por un delito contra la salud pública para dos de ellos, dos años para la acusada a la que se le intervino una pistola por un delito de tenencia ilícita de armas, y siete años y medio para la procesada en prisión, defendida por el letrado José Manuel García, al incurrir la circunstancia de reincidencia.

Otro juicio por violencia machista

Este no fue el único juicio que se celebró ayer en los juzgados de València. En el Juzgado de lo Penal número 19 se juzgó un caso de violencia machista, al encontrarse también el acusado en prisión por quebrantar la orden de alejamiento. El Ministerio Fiscal y la acusación particular, ejercida por la letrada Xelo Carmona, solicitaron para el procesado la pena de ocho años de prisión por los delitos de maltrato, maltrato habitual, amenazas, quebrantamiento de condena y vejaciones injustas.

A partir del próximo día 4 de junio se levanta la suspensión de las actuaciones procesales no esenciales y plazos procesales, pero desde que se decretara el estado de alarma la Justicia no ha estado parada ni un solo instante, garantizando los servicios esenciales.

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