El estar alejado de las ciudades que han sido el principal foco de contagio del coronavirus (València, Alicante y Elx, entre otras) no ha sido garantía de permanecer ajeno a los estragos de la pandemia. La idílica estampa de comarcas como el Rincón de Ademuz, donde no se ha detectado oficialmente ningún caso ni ha fallecido nadie, contrasta con la incidencia que ha tenido el virus en municipios como Utiel, Alborache, Jalance o Jarafuel, igual de alejados y con comunicaciones por carretera en algunos casos complicadas y que, sin embargo, suman casos y fallecidos rompiendo lo esperable con respecto a su población.

La explicación hay que buscarla en el efecto devastador que ha tenido el coronavirus en las residencias de ancianos en las que ha entrado. Solo hay que comparar comarcas y municipios: en la comarca de Camp de Túria, la más cercana a la capital y la más poblada con más de 162.000 vecinos, solo ha habido 32 fallecidos por coronavirus. Por contra, en comarcas mucho menos pobladas y más alejadas como Requena-Utiel y el Valle de Ayora, la incidencia ha sido muy alta. La primera suma 53 muertes, el registro más alto de las seis comarcas del interior pese a que su población es menor: 37.753 vecinos. Solo en Utiel se han registrado 28 muertos y 24 en Requena. Lo mismo ha pasado en el Valle de Ayora, con cifras más bajas (23 muertos en total) pero con una incidencia muy alta si se tiene en cuenta que son 9.835 vecinos. En Jalance, por ejemplo, han fallecido 8 personas, el 1 % de su población total, 830 vecinos. Otros municipios aparecen igualmente destacados (para mal) en el mapa de situación publicado ayer.

Alborache, por ejemplo, con nueve fallecidos de sus 1.160 habitantes es otro ejemplo de cómo se ha cebado el virus en algunos municipios tras afectar al colectivo de mayores.