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La industria valenciana se reactiva con una demanda externa en mínimos

El puerto adelanta que mayo será peor que abril, cuando el comercio exterior ya cayó un 12 %

La industria valenciana se reactiva con una demanda externa en mínimos

Se percibe en los polígonos y el tráfico viario. Conforme el estado de alarma ha ido perdiendo intensidad, la industria valenciana se ha reactivado, aunque sigue sin estar a pleno rendimiento. Mientras las máquinas aceleran y los trabajadores vuelven al tajo, las empresas se encuentran enfrente con una demanda externa más bien anémica. La situación es dispar según compañías y sectores, pero lo cierto es que la producción, aún renqueante, no encuentra en el exterior quien la quiera, al menos como antes de la pandemia.

A la espera de tener los datos finales de este mes, fuentes oficiales de la Autoridad Portuaria de València (APV), confirman que este mayo va a ser peor que abril, cuando ya se produjo una caída en los tráficos del 12 %, porque «la demanda exterior no está operativa como debería». La confianza en el recinto del Grao está en que la recuperación llegue en junio. Si es así, «la crisis será corta».

El presidente de la patronal del metal, Vicente Lafuente, asegura que existe un problema real de demanda, pero alerta de que la situación de las ventas va por barrios. Mientras el automóvil y su industria auxiliar están en horas bajas, otros sectores respiran con cierto aire. Los bienes de equipo han reducido su producción un 30 % y los fabricantes de componentes están vendiendo en Asia.

El director del departamento de Internacional de la Cámara de Comercio de València, Vicente Mompó, considera que las industrias que están en marcha están sobre todo cumpliendo compromisos previos y otras están sacando stock. No faltan también las que generan existencias para cuando llegue una mayor demanda. En el primer trimestre del año, las exportaciones valencianas resistieron porque la parálisis en el automóvil y los productos de consumo como el textil o el mueble se vieron compensados por el sector alimentario y de bienes intermedios como el metal, los productos químicos o los aparatos eléctricos.

Aunque las fronteras para mercancías no se han cerrado en ningún momento, lo que se ha retraído de forma considerable ha sido la demanda externa. Es el caso de algunos de los principales mercados europeos. La UE supone cerca del 70 % de las ventas valencianas al exterior, pero Francia, Italia y Reino Unido, que ocupan tres de las cuatro primeras posiciones, viven una situación parecida a España en cuanto al confinamiento por la pandemia, lo que ha reducido considerablemente sus compras y no se espera que ejerzan una labor de arrastre «hasta al menos dentro de cuatro o cinco meses». La excepción ha sido sobre todo Alemania, que no ha padecido la pandemia con tanta intensidad.

La situación en algunos mercados emergentes para las exportaciones valencianas es muy preocupante, como pone de relieve el desplome en los certificados de origen europeo para terceros países que emite la corporación cameral. China, por los efectos del coronavirus, y los países del Golf Pérsico, además de otros productores como Argelia y Nigeria, como consecuencia de la caída del precio del petróleo, han reducido sus compras.

No todo son malas noticias, según Mompó. Países como Corea del Sur, Indonesia e Israel están mejorando en sus compras, aunque no tanto como Turquía, que ha incrementado sus importaciones en un 200 %. Es el fruto en el caso de muchos países de la ruptura de la cadena de valor y de la necesidad, tras el cierre de China, de diversificar las compras para evitar el desabastecimiento. La gran incógnita, según Mompó, es Estados Unidos, por las elecciones presidenciales y la posibilidad de que Trump repita y por el impacto de la Covid 19 en el país.

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