De material denostado y abocado a su desaparición a partir de 2021 por la normativa europea de la Economía Circular, los plásticos de un solo uso han emergido junto con la expansión de la covid-19. Guantes, mascarillas, envases de usar y tirar se han multiplicado en los dos últimos meses. «La pandemia, en sus momentos iniciales de desconcierto, lo ha alterado todo. Eso es lógico, pero no tiene porque llevarnos a perder lo poco avanzado en la reduccion, reutilización y reciclaje del plástico», advierte David Sandoval, presidente de Greenpeace. A la voz de alerta lanzada por colectivos ecologistas se ha sumado la petición del Ministerio para la Transición Ecológica que esta semana aconsejaba el uso de mascarillas reutilizables para la población en general, limitar el empleo de guantes, evitar las vajillas desechables y seguir fomentando las bolsas de tela para ir a la compra.

«El temor a un eventual rebrote de la enfermedad en el proceso de desescalada puede desembocar en un incremento en la generación de residuos derivado de un elevado consumo de productos de un solo uso», advertía el departamento de la ministra Teresa Ribera. Transitar por esa vía es un error, según el gobierno, cuando la comisión europea ha establecido restricciones muy serias al respecto en apenas un año. «La salud como bien primordial debe llevar a los responsables públicos a profundizar en los sistemas de reduccion del uso de plástico de usar y tirar, fuera de los estrictamente sanitarios. Y a prevenir las repercusiones en la salud del abuso, abandono y no recogida, ni reciclaje, de envases y plásticos de un solo uso en el consumo ordinario, donde debe ser sustituido por sistemas 100% gestionables y reutilizables», apunta Sandoval.

«El uso de guantes está desaconsejado en general para la población porque da una falsa sensacion de seguridad. Resulta más adecuado acudir a comprar a lugares de cercanía, donde el producto solo lo manipulan los vendedores», comenta Sandoval, que apuesta por una buena gestion de los productos.

Solo en abril se recibieron en España cuatro millones de mascarillas a la semana, según las cifras aportadas por Sanidad. Ahora se importan cinco veces más.

Sergi Campillo, vicealcalde de València y concejal de Ecología Urbana, apunta que ahora «no se puede bajar la guardia». «Esta pandemia nos ha demostrado lo vulnerable que es el ser humano y que hemos de cuidar la naturaleza porque formamos parte de ella», reflexiona. Y aunque incide en que el abandono de este material «no es un fenómeno masivo, es algo lamentable». Punto en el que recuerda que no cumplir con las normas que marca la ordenanza municipal «es objeto de sanción». «Hemos de seguir en la idea de reducir y reciclar. No podemos abusar del plástico de un solo uso, no nos protege y daña el medio ambiente», concluye.

Para Sara Aunés, experta en residuos de Ecologistes en Acció, «se han vendido los plasticos como la megaprotección frente al contagio y eso no es cierto realmente». «Hablamos de una crisis sanitaria que viene deuna crisis ambiental y no pdemos seguir alimentando a la bestia, ni continuar con las mismas dinámicas porque el virus se queda en el plastico y por tanto no es una opción fiable», razona. Aunés aboga por materiales de varios usos procedentes de la industria local que se puedan reutilizar o de tela. «Si no hay más remedio que ir a lo desechable, pues que se tire al contenedor gris», recuerda.

«No tenemos que olvidar que para los residuos que no son reciclables su destino final es el vertedero o la incineradora por la dificultad de tratamiento y si se quedan mezclados, por su composición, impiden que demos salida a otros residuos podrían tener una segunda vida», argumenta.

En materia de concienciación Joan Piquer, director general De Calidad Ambiental de la Generalitat señala que se ha hecho una labor importante tanto por parte del ministerio, consorcios, ayuntamientos y también desde la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Cimática y Transición Ecológica con campañas de información señalando cuál ha de ser el tratamiento de los EPIS de todo tipo. «Mascarillas, guantes, batas de plástico-textil y uso doméstico no deben ir al contenedor amarillo por su potencialidad infecciosa y porque por tamaño y composición no son aptos para el reciclaje», destaca Piquer.

«No estamos incinerando»

«Ahora mismo en las dos plantas con CSR (Combustible Sólido recuperado) van a CSR y el resto tienen que ir a vertedero», desgrana. « Y pese a todo hemos registrado una reducción de la fracción de rechazo», explica. «Es importante destacar que en la Comunitat Valenciana no estamos incinerando y que ya pusimos en marcha una declaración de emergencia para la valorización de rechazo de residuos no reciclables a través de CSR de acuerdo con las instrucciones del ministerio y las previsiones que fija el Plan Integral de residuos», señala. «En recogida selectiva y separación de plásticos los datos que tenemos hasta ahora dan cuenta de un adecuado tratamiento con un crecimiento de recogida selectiva de cerca del 18% respecto al año pasado. En global vamos mejor», destaca.

En la desescalada han proliferado los problemas por el abandono inadequado de guantes y mascarillas, incluso su eliminación por el inodoro, ocasionando de nuevo tapones en la red de alcantarillado y en los sistemas de depuración de las aguas residuales. Así lo advertían desde Hidraqua, que en las últimas semanas han tenido que atender centenares de incidencias.