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"Si los consistorios no permiten la venta ambulante al 100%, no subsistiremos"

Responsables de puestos de los mercadillos semanales de los municipios piden flexibilidad y colaboración a los ayuntamientos

"Si los consistorios no permiten la venta ambulante al 100%, no subsistiremos"

Las restricciones impuestas a las actividades en la calle en las diferentes fases de desescalada junto a las condiciones urbanísticas de cada pueblo están provocando situaciones desiguales para los mercados de venta ambulante que semanalmente llegan a los municipios. Representantes de este sector han alzado la voz para reclamar a los consistorios de l'Horta flexibilidad y voluntad negociadora para que puedan volver al trabajo todos y no solo un porcentaje. «Si no empezamos a trabajar a 100%, no podemos subsistir», explican. En la Comunitat Valenciana viven unas 8.000 familias de la actividad. «En la Riberta y en la Costera apenas hay problemas, pero en l'Horta nos estamos encontrando situaciones graves», indican en la entidad.

Según los datos que maneja la principal asociación de València, una decena de consistorios de l'Horta ya ha aprobado y realizado los preparativos para que el mercado de venta ambunte se monte con el 100% de los puestos. Así, poblaciones como Alboraia, Alcàsser, Aldaia, Alfafar, Benetússer, Foios, Massamagrell, Massanassa, Meliana o Sedaví han ampliado las superficies para garantizar que participen todas las actividades y que se cumplan aforos y distancias. «También Quart de Poblet o Mislata están haciendo todo lo posible y buscando soluciones, y en Burjassot ya están al 50%», asegura Miguel Ángel Sánchez, uno de los líderes y vendedor en distintos municipios.

No obstante, hay otras poblaciones donde «es imposible negociar y eso nos está haciendo mucho daño». Un ejemplos que ponen es Manises, donde la venta ambulante se instalaba junto al Mercado de los Pinos. «El ayuntamiento solo nos da la opción de trasladarnos a la zona baja deportiva o reducir la actividad a un 25% de los puestos, lo que implica que cada uno solo podríamos vender un día al mes. Hemos pedido ya ayuda a la oposición, después de intentarlo por activa y por pasiva con el gobierno», insiste Sánchez. Tampoco en Paterna se muestran muy colaboradores con esta actividad, en opinión del grupo de vendedores. «No tenemos información de cómo ni cuando vamos a poner volver», indican. Y en Godella, la actividad retorna solo con un bajo porcentaje.

Con todo, el punto donde más caliente está el conflicto es Silla, donde vendedores y vendedoras han anunciado protestas para esta semana. «Después de muchos intentos sin respuesta, el ayuntamiento nos indica en un escrito que, aunque pasemos a fase dos, no vamos a poder montar», señala Marta Díaz.

Esta vendedora lleva 35 años en la actividad y tiene un puesto de lencería. Su madre, con más de 80, aún vende en el mercado, como sus hermanos, suegros y la mayor partte de su familia. Precisamente esta es una de las características del sector: redes familares que heredan el trabajo de sus abuelos o bisabuelos.

«Con los 660 euros que hemos cobrado de las ayudas del Gobierno, tenemos que pagar alquiler o hipoteca de nuestras casas, tenemos que comer y también tenemos que pagar el alquiler del sitio donde guardamos el remolque. Aunque nos hayan quitado la tasa del mercado, no podemos aguantar así más tiempo. Si en junio nos cortan ya las ayudas y no tenemos los mercados al 100%, ¿como vamos a salir adelante? Y lo peor no es eso sino la falta de empatía del ayuntamiento», denuncia esta vendedora de Silla.

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