La respuesta que el ministro José Luis Escrivá dio el viernes a la vicepresidenta del Consell Mónica Oltra para defender la gestión centralizada del ingreso mínimo vital no solo evidenció el desencuentro entre ambas administraciones, sino que agitó todavía más las aguas de la confrontación en las que se mueven desde hace semanas las relaciones entre Compromís y el Gobierno Central tras la ruptura provocada por la falta de acuerdo en las negociaciones para la prórroga ahora en vigor del estado de alarma.

Además de una mejora de los criterios en el reparto del fondo no reembolsable para combatir el coronavirus, una de las condiciones que ponía la coalición valencianista para apoyar al Ejecutivo era precisamente la articulación de mecanismos para la cogestión de la renta vital.

Sin embargo, Escrivá aseguró en la SER que el País Vasco y Navarra son los únicos territorios que reúnen las condiciones para asumir el desarrollo de la renta vital por las peculiaridades de su hacienda foral y dudó de que el resto de autonomías fueran capaces de desplegar el instrumento con la celeridad necesaria.

La respuesta a las declaraciones del ministro en las filas de Compromís no se hizo esperar. «No saben lo que es cooperar. Son centralistas incompetentes puros y duros. Ni el PP se hubiese atrevido», reaccionó en las redes Enric Morera, que acusó al ministro de «vulnerar la Constitución y nuestro Estatuto de Autonomia».

El mensaje reprodujo los rifirrafes de hace unos días entre miembros del Botànic. La diputada y candidata a la secretaría general de Podem, Pilar LIma, recriminó a Morera que «lo importante no es quien lo gestione y salga en la foto, sino las 80.000 familias valencianas que podrán salir de la pobreza si actuamos rápido. El protagonismo lo deben tener las personas vulnerables, no los partidos», remachó.

Negociaciones

En la coalición valencianista hicieron hincapié en que la renta valenciana de inclusión lleva funcionando más de un año y llega a casi 50.000 beneficiados para defender que la administración valenciana está preparada para gestionar el ingreso estatal. El jefe de gabinete de Oltra, MIquel Real, tachó de «mansplaining político» las palabras de Escrivá, que consideró un menoprecio.

El conflicto ha ahondado la grieta de Compromís con el Ejecutivo de Sánchez, después de que el diputado en el Congreso Joan Baldoví también haya cargado contra el fichaje de José Montilla por Enagás. Todo en plenas negociaciones para sacar adelante la última prórroga del estado de alarma, en las que el Ejecutivo trata de reconducir las relaciones con la coalición. De momento, el PSOE cerró ayer un acuerdo con ERC y también cuenta con el apoyo del el PNV. En Compromís se mantienento en el no, aunque con la puerta del diálogo abierta si el Gobierno mueve ficha para alcanzar un acuerdo sobre las demandas valencianas, sobre todo en lo relativo al fondo no reembolsable de 16.000 millones.