El concejal de Playas de Cullera, Salva Tortajada, anunció ayer que, en una campaña marcada por las restricciones que impone la pandemia, el ayuntamiento se mostrará tajante con aquellos que dejan las sombrillas o las hamacas a primera hora de la mañana y no aparecen hasta horas después. «No se permitirá de ninguna de las maneras que haya sombrillas a primera línea, sin gente para aprovecharlas más tarde. Vamos a ser estrictos y pasará una camioneta que retirará todas aquellas en las que no hayan personas y ocupen espacio», advierte el edil.

El consistorio ha habilitado ya pasarelas con puntos de entrada y salida señalizados con flechas, se están desinfectando las calles y zonas que acceden al paseo marítimo así como las infraestructuras durante al menos 4 veces en el día y el servicio de socorrismo también se ha puesto en marcha. Por otro lado, se está ultimando la aplicación que controlará el aforo por medio de drones. El consistorio recuerda que tiene que haber cuatro metros de separación entre sombrillas y que se tienen que retirar 6 metros para facilitar que la zona de paseo por la orilla sea más ancha.

Sin problemas de aforo

El alcalde, Jordi Mayor, niega que la costa de Cullera, con más de 15 kilómetros de arenales, vaya a tener problemas de aforo. Además, la máxima autoridad local ha recordado que «tenemos que ser responsables y extremar precauciones para ser un destino seguro y que la gente tenga claro que puede venir a la playa de Cullera de forma tranquila y asegurando que pueden poner su toalla en nuestra arena».