Una capacidad de alojamiento turístico enorme, propia de una potencia mundial. Pero una demanda limitada por las restricciones a la movilidad, el miedo y la incipiente crisis. El escenario que afronta el turismo ofrece unos ingredientes para que este verano se desate una guerra de precios entre destinos y entre países competidores.
Así lo advierten los responsables de las organizaciones empresariales y así comienza a verse ya en las primeras ofertas que, tímidamente, aparecen en las web de las cadenas hoteleras, además de las promociones tradicionales de niños gratis, o descuento de jubilados.
Una cadena valenciana, por ejemplo, ha lanzado un descuento del 10% para los residentes en la C. Valenciana, aprovechando que en junio son estos, básicamente, los que van a poder hacer turismo. La cadena Bahía busca animar las reservas y lograr liquidez con bonos canjeables hasta julio de 2021 con descuentos de hasta el 80%. La alicantina Magic, por su parte, innova con un descuento del 30% para los afectados por un ERTE, un mercado vastísimo (411.000 personas solo en la C. Valenciana). «Ahora, más que nunca y después de estar meses confinados, las vacaciones son un derecho, no un privilegio», reza la campaña. Algo similar se ha anunciado por parte de muchas cadenas, con descuentos para sanitarios y personal de los servicios de seguridad, los héroes de la pandemia, para generar nueva demanda al margen de la habitual.
Eso dentro de España. Pero la competencia de países rivales para el sol y playa valenciano se prevé feroz. «Turquía tendrá ofertas salvajes», anticipa Nuria Montes, directora de la patronal hotelera Hosbec. Ese país juega con la ventaja de una lira barata; precios y costes bajos; un estado subvencionador (18.000 euros por cada vuelo) y unos resorts (en la ciudad de Antalya) tan grandes que no necesitan limitar el aforo. También se mira de reojo a Grecia, que viene creciendo en el mercado británico y alemán. «Han controlado muy bien la pandemia, y su Gobierno ha hecho acuerdos bilaterales con 29 países con los que va a empezar a recibir turistas», añade Montes. Nos llevan ventaja.
En la C. Valenciana, de momento, los establecimientos están cerrados. La mayor parte espera a la fase 3, o al 1 de julio. Con la movilidad restringida, no hay turistas. Las reservas que entran son para finales de agosto o septiembre, buscando la certidumbre. En València, por ejemplo, ayer abrió Las Arenas, aunque en la playa casi todo sigue cerrado, como el hotel Neptuno.
En la Costa Blanca, la fecha marcada en rojo es el 1 de julio, cuando Jet2, el turoperador de referencia, retomará sus operaciones. Con este clima de incertidumbre, los empresarios piden al Gobierno más flexibilidad en la aplicación de los ERTE, pensando en proteger a las empresas que no puedan abrir. «El mercado necesita que una parte de la oferta esté fuera y el que no quiera abrir o no pueda, pueda mantenerse cerrado y sus empresas y personal protegido hasta final de año. No va a haber demanda para todos. Si nos abocan a la apertura sí que será un mercado persa», concluye Montes (Hosbec).
