El Gobierno ha logrado en la sexta y última prórroga del estado de alarma algo que parecía casi imposible hace solo unas semanas: lograr el apoyo o abstención de grupos tan distintos como Ciudadanos, ERC y el PNV, ampliando el margen con el que se aprobaron las extensiones anteriores. El sábado, el Ejecutivo alcanzó un pacto con los republicanos para que no volvieran a votar en contra de la ampliación de las medidas excepcionales frente al coronavirus, que acabará el 21 de junio. Poco después, sellaba otro acuerdo con los nacionalistas vascos.

Los naranjas no eran ya indispensables para que saliera adelante la votación de hoy en el Congreso, pero la Moncloa ha querido volver a contar con su respaldo, a través de un entendimiento que se difundió ayer, que provocó en un primer momento la irritación del PNV pero que el Ejecutivo logró aplacar a lo largo del día.

«Medidas idénticas» en todo el país

El punto principal del pacto entre el Ejecutivo y Cs señala que el decreto de prórroga solo podrá contener «medidas idénticas para toda España en la recta final del confinamiento, sin perjuicio de la progresión sanitaria de cada territorio». Es decir, la norma no contendrá medidas específicas para determinadas comunidades, algo que ha causado cierto malestar en los nacionalistas vascos, que temían que hubiese una contradicción entre este apartado y lo pactado con ellos y ERC: la recuperación de las competencias de los presidentes autonómicos en el tramo final de la desescalada, la llamada fase 3, algo en lo que Cs está de acuerdo.

El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, avanzó que iba a pedir una «aclaración» al Gobierno, porque «depende de cómo se lea» el entendimiento con Cs, se podría volver «a la situación previa, en la que había un mando único para todo». ERC se tomó el pacto con Cs con más tranquilidad. El acuerdo con los naranjas «no afecta a las medidas que pueda tomar la Generalitat en la fase 3», explicaron fuentes republicanas.

«No hay absolutamente ninguna contradicción», defendían fuentes del Gobierno, incidiendo en que una cosa es que las medidas incluidas en la norma sean las mismas para todos los territorios y otra que las autonomías recuperen sus competencias en la última fase del confinamiento. «Todos los partidos saben que el real decreto de estado de alarma sería común a toda España. Los pactos alcanzados con cada formación política son perfectamente compatibles entre sí», argumentó Moncloa. Las explicaciones convencieron a los nacionalistas vascos, que poco después confirmaban que votarán a favor porque «se restauran las competencias plenas de las comunidades».

Pese a no necesitar a Cs, el pacto tiene relevancia política: el Gobierno aumenta sus apoyos y a su vez deja al PP solo en el 'no' junto a Vox y otros minoritarios.