Una de las pocas conclusiones positivas que pueden extraerse de la avalancha de estadísticas demoledoras que proliferan estos días de pandemia en espera de una crisis de consecuencias todavía impredecibles, es que empresas y familias afrontan el trance con una solvencia mayor que en épocas recientes.
Según información del Banco de España, el nivel de endeudamiento de las familias y las empresas de la C. Valenciana se sitúa a 31 de diciembre de 2019 en poco más de 101.000 millones de euros. Es el dato más bajo de la serie disponible, que arranca en 2010, cuando la cifra en la autonomía era prácticamente el doble (185.657 millones).
Básicamente, en la última década se ha producido un proceso de desapalancamiento. La mayor prudencia de los bancos, la caída de hipotecas por el hundimiento del mercado inmobiliario o la reducción de créditos al consumo en los años más de duros de la crisis pueden explicar el proceso. Los últimos años, básicamente, han servido para cancelar deuda de empresas y economías domésticas, gracias también a los bajos tipos de interés.
En paralelo a esto, el ahorro ha crecido desde 2010. Las empresas y familias valencianas entran en la era de la pandemia con un volumen de depósitos de 106.669 millones, cifra récord en la última década. En concreto, en 2010 la cantidad era de 100.720 millones; bajó conforme la crisis se agudizaba, hasta tocar fondo en 2015 con 93.691; y se ha ido recuperando los últimos años hasta cerrar 2019 con los citados 106.669 millones.
Merma de ingresos
Se trata de un dato importante porque la merma de ingresos familiares fruto de los cientos de miles de ERTE que se están viviendo, sumados a los inevitables despidos que les seguirán, va a obligar a muchas economías domésticas a recurrir a los ahorros para afrontar sus gastos fijos y superar el bache. Un problema, el de la crisis de liquidez, que han afrontado las empresas desde el minuto cero de la pandemia, con la parada total de la actividad económica.
Con todo, los expertos muestran cierta preocupación por la tasa de ahorro con la que se llega a esta crisis, es decir, la parte de la renta que las empresas y familias consiguen ahorrar. Al cierre de 2019 se situaba en el 7,4%. Es el porcentaje más alto desde 2013, pero sigue siendo bajo, y similar a la de 2007, que se encontraba en el 6%, según datos del INE. El dato va íntimamente ligado a la renta disponible, pero también, claro está, a la predisposición al consumo.
Así, en los primeros años de la última crisis, la tasa subió porque el gasto se contuvo. Ahora se encuentra en un rango similar a los años de bonanza, cuando el consumo de los ciudadanos es más elevado.Confinamiento y ahorro
Tanto el nivel de endeudamiento como la capacidad de ahorro serán clave para familias y empresas para afrontar la crisis, aunque todo dependerá de su profundidad y duración. De momento, en las primeras semanas de pandemia las familias han disparado el ahorro. Básicamente porque no se podía salir de casa, pero quizá también por la incertidumbre.
Según los datos del Banco de España referidos a todo el país, entre marzo y abril el volumen de los depósitos aumentó en 20.300 millones hasta elevar en un 7,5% el total respecto al pasado año.
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