Titaguas es un municipio situado en el sector noroccidental de la provincia de Valencia, en la comarca de La Serranía, en el sector central de la denominada subcomarca del Alto Turia. El topónimo parece derivar de la etnia y lengua bereber 'amazig', donde tit significa fuente, en plural tittawen, por lo que significaría 'fuentes de aguas'. La población tiene abundantes fuentes (la Zarza, el Oro, el Rebollo?), lo que reafirma esta hipótesis. El término municipal posee una extensión de 63,2 km2, y limita al Norte con Aras de los Olmos, al Este con Alpuente, al Sur con Tuéjar y Chelva, y al Oeste con Santa Cruz de Moya. El núcleo urbano se sitúa a 832 m de altitud, a los pies de la muela de la Zarza.

Pertenece al dominio estructural y geológico de la Cordillera Ibérica. Su orografía es quebrada al estar situada en los contrafuertes meridionales de las sierras de Losilla y el Sabinar, que forman parte de la sierra de Javalambre. El río Turia atraviesa el término por su sector occidental, en sentido NO-SE; sin embargo el aprovechamiento de sus aguas es muy escaso, debido a los profundos desfiladeros excavados en las calizas jurásicas. Los picos más elevados son los del Hontanar del Herrero (1.240 m), Pata la Yegua (1.240 m) y La Lámpara (1.072 m). Los glacis y corredores intermedios están cubiertos por sedimentos cuaternarios en la amplia llanura que se extiende entre Titaguas y Alpuente. Los barrancos tributarios del Turia se encajan notablemente y dan lugar a parajes como el barranco del Regajo o de la Hoz, en los que se hallan pozas. Titaguas cuenta con un clima mediterráneo condicionado por la altitud y la continentalidad, por lo que su temperatura media anual se sitúa en torno a los 11°C, con unos 100 días de heladas al año; los inviernos son rigurosos y fríos, y los veranos cortos y calurosos.

La presencia humana en estas tierras se remonta al Neolítico, como lo atestiguan las pinturas rupestres del Rincón del Tío Escribano. Simón de Rojas en su obra Historia civil, natural y eclesiástica de Titaguas (1826) indicaba que "La notizia auténtica más antigua de Titaguas existe en la división de Reinos echa por el Rey Don Jayme el Conquistador en el 1240, quien decretó en el mismo año que las aldeas de La Yesa, Aras y Titaguas estubiesen bajo la jurisdicción de Alpuente". El núcleo urbano original fue una alquería de época musulmana. Titaguas formó parte del extenso término medieval de Alpuente hasta el 6 de mayo 1729, cuando Felipe V le concede el privilegio de Villa Real.

Titaguas, municipio de la ruralidad

Desde finales del siglo XVII hasta principios del siglo XX Titaguas tuvo un crecimiento demográfico continuado, que alcanzó su máximo en 1910 con unos 1.200 habitantes. Desde entonces la emigración provoca constantes pérdidas demográficas, con el consiguiente proceso de envejecimiento. En 1960 contaba con unos 900 habitantes, en el año 2000 tenía 555 y actualmente alrededor de 450. La densidad de población actual se sitúa en 7,26 hab/km2, de las más bajas de la Comunidad Valenciana.

La economía se ha basado tradicionalmente en la agricultura y la ganadería extensiva lanar; además actualmente destaca el aprovechamiento forestal, pues el 70% del término corresponde a montes de utilidad pública de titularidad municipal. La elevada altitud media de las tierras y las rigurosas condiciones térmicas determinan un clima relativamente frío. El botánico J.A. Cavanilles (1797) indicaba que 'lo frío y destemplado de la atmósfera no admite olivos ni algarrobos, vense algunas viñas por aquellos cerros, pero en corto número; todo lo demás son eriales o sembrados"'. Las heladas se prolongan hasta bien entrada la primavera, por lo que no se permiten más cultivos que los cereales y tubérculos como las patatas, aunque los agricultores han conseguido aclimatar alguna variedad de viña y almendro. En la actualidad permanecen en cultivo 926 hectáreas, de las cuales 891 son de secano y 35 de regadío. El cultivo predominante es la cebada con 425 Ha. El almendro ocupa unas 300 hectáreas y la uva para la elaboración de vino alrededor de 140 Ha. En cuanto a la ganadería predomina el ganado ovino, además hay granjas porcinas y avícolas.

El patrimonio cultural de Titaguas

El patrimonio cultural de TitaguasEl núcleo urbano de Titaguas se sitúa a los pies de La Loma, una elevación con un excelente mirador para visitantes. La primitiva alquería musulmana se asentaba en la parte más elevada del pueblo, en torno a las calles Calderona y Cerrito. Los edificios aúnan técnicas constructivas mixtas aragonesas y valencianas, por lo que se puede observar la arquitectura de la vivienda tradicional vernácula. La construcción característica es de mampostería en la planta baja, tapial en la intermedia y lajas de piedra plana en las cámaras. En el caso antiguo de la villa han perdurado varias de estas edificaciones, como por ejemplo la Casa del Tío Cadenas, la Casa de los Graneros, la Casa Abadía o la Casa de Fernando el Sastre.

Los Bienes de Interés Cultural (BIC) inmuebles del término son el Castillo de Titaguas y las pinturas rupestres situadas en los abrigos del Rincón del Tío Escribano. Se localizan a unos 2 km al norte de la población, en el barranco de la Loma de las Cuevas. Poseen unos 9.000 años de antigüedad y han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Representan una escena de caza en la que figuran arqueros, un ciervo y lo que parece una danza en la que participan varias personas. Titaguas cuenta además con un BIC inmaterial, la Mojiganga. Se trata de una serie de danzas y bailes en honor a la Virgen del Remedio. Poseen una dimensión religiosa y otra profana, con la representación de las actividades agropecuarias de esta comarca. Culminan con la elevación de varias torres humanas. Se celebra cada 7 años en la Plaza de la Iglesia, en las denominadas 'Fiestas Gordas'. La próxima está prevista en 2023.

La Iglesia Parroquial de Salvador está dedicada a la Transfiguración del Señor y es de estilo renacentista. Se edificó en el siglo XVI y en su interior alberga la Capilla del Nazareno, de principios del siglo XVIII. La ermita de la Virgen del Remedio se localiza al norte de la población; fue construida en el siglo XIV, y ampliada posteriormente. Se destruyó parcialmente durante las Guerras Carlistas; reconstruida en 1839 y restaurada en 1942.

Otros atractivos de Titaguas

Otros atractivos de TitaguasEl término de Titaguas ha sido reconocido como Reserva de la Biosfera del Alto Turia, junto con los municipios de Aras de los Olmos, Benagéber, Casas Altas, Casas Bajas, Chelva, Tuéjar y Santa Cruz de Moya. Abarca parte del curso medio del río Turia. Posee unos valores paisajísticos y ecológicos muy destacados, con una rica diversidad en su denso bosque mediterráneo. Este reconocimiento (UNESCO, París, junio 2019) constituye un gran atractivo para este territorio, rico en biodiversidad. La cobertura forestal principal está compuesta por pinos carrascos y pinos negros, aunque también son frecuentes las carrascas, las sabinas y los quejigos o robles valencianos. En el eje del río Turia existe un bosque de ribera en galería, que alberga chopos, sauces y fresnos.

Titaguas dispone de una tupida red de senderos, vías pecuarias y pistas forestales que sirven para acceder a los diferentes parajes de su término. Los usos tradicionales de estos caminos prácticamente han desaparecido, pero en la actualidad tienen una orientación más ecoturística, al haberse señalizado itinerarios a pie, en bicicleta o a caballo. Otro de los principales atractivos turísticos es la escalada. La Vía Ferrata de la Lámpara se ubica en el pico homónimo, próxima al Mirador de la Loma y ha sido acondicionada para poder ser recorrida con seguridad. Posee una longitud total de 1.300 metros y una categoría K3.

El municipio alberga además el Mirador astronómico de La Loma, favorecido por la gran calidad de su cielo nocturno y la mínima contaminación lumínica. Desde el año 2017 Titaguas, junto con Aras de los Olmos, La Yesa y Alpuente, son municipios de La Serranía que tienen el privilegio de contar con el certificado de Reserva STARLIGHT. Certificado que asegura la calidad máxima del cielo nocturno y el compromiso de los municipios con su preservación. Otro de los encantos de Titaguas desde 2013 es la denomina 'La Noche de las Velas' que se celebra anualmente a finales del mes julio; consiste en apagar por completo toda la iluminación eléctrica y encender miles de velas formando dibujos en calles, puertas, ventanas y balcones para obtener una atmósfera cálida y asombrosa bajo la vía láctea. Una experiencia idónea para aquellos que valoran el turismo rural desde la perspectiva de la sostenibilidad.