Uno de los momentos más esperados de la fase 2, sobre todo con la llegada del calor, ha sido la reapertura de las piscinas municipales para un uso recreativo y deportivo. En Gandia, el Gobierno local decidió que por el momento sólo utilicen las instalaciones municipales los deportistas federados o de elite mayores de 14 años, que vienen a ser la mayoría de los inscritos en los clubes de la ciudad, y los que estén preparando una oposición donde se requieran pruebas físicas, siempre que sean deportes individuales.
Con estas condiciones, y las debidas normas de seguridad e higiene «anticovid», se reabrieron las pistas de atletismo, las exteriores y la de tenis el pasado 25 de mayo, en la fase 1, mientras que a las piscinas del polideportivo les tocó su turno el 1 de junio, con la llegada de la fase 2. Las piscinas recreativas siguen clausuradas.
En el caso de las deportivas, los primeros en volver, y con qué ganas, fueron los nadadores del Natació i Esports Gandia, un club mítico en la ciudad, con 88 años de historia. El jueves pasado se lanzaron al agua tras dos meses y medio en dique seco. «Es la primera vez en mi vida que no dispongo de una piscina durante tanto tiempo», reconoce el director deportivo del club, Eduardo Planas. Con las competiciones suspendidas, el único objetivo que aconseja a sus nadadores es mantener la forma física, con un perfil bajo, sin obsesionarse por las marcas. «En general han llegado bien después del confinamiento, algunos con algún kilo de más», apunta. Pero Planas es optimista y opina que tanto los deportistas como el club se recuperarán de este bache.
Entre el jueves y el viernes pasaron casi todos los nadadores del club, repartidos entre las dos piscinas que tiene el polideportivo, la convertible y la cubierta. Había ganas de lanzarse al agua, como demuestra el apresurado cambio de ropa en los vestuarios, incorporando ahora unos patucos de plástico como nueva medida frente al virus.
La temporada de competiciones 2019/20 se ha visto truncada. Cinco jóvenes del club ya habían conseguido mínimas nacionales. Por ejemplo, la junior Júlia Sigalat, que había logrado dos, en los 100 metros y en los 200 metros espalda. Hektor Rosen (15 años), campeón autonómico infantil de invierno, y también con mínima nacional, reconoce que lo pasó mal durante el confinamiento «porque no suelo hacer ejercicios en seco, habitualmente entreno en la piscina seis días a la semana durante una hora y media».
