Una parte significativa del ocio nocturno de la ciudad de València no abrirá sus puertas mañana lunes, primer día en Fase 3 de desescalada, pese a que la norma lo permite después de una larga ausencia, a la espera de que los responsables de Sanidad y de la Policía Local garanticen un marco jurídico y administrativo estable para el desarrollo de sus actividades. Discotecas señeras de la capital, como La Indiana, Next o Cream mantendrán sus puertas cerradas al considerar sus gestores que en las condiciones de aforo, distancias de seguridad y todo tipo de requisitos, sumadas a la permanente e insistente inspección de la Policía Local amenazan seriamente al viabilidad económica de los negocios.

La Federación de Ocio, Turismo y Juego de la Comunitat Valenciana (Fotur) también ha expresado en los últimos días sus reservas ante la posibilidad de la reapertura del ocio nocturno después de tres meses de cierre, en vista de que las condiciones impuestas a los locales hacen casi imposible que la actividad se desarrolle en condiciones de idoneidad y rentabilidad.

«Tenemos que contratar más seguridad, controles de acceso, más servicios de limpieza... y al mismo tiempo se nos recortan el aforo y los ingresos. Nos dicen que podemos abrir con el 75 % del aforo, pero si hasta ahora por cada persona necesitábamos metro y medio y en las nuevas condiciones nos exigen 5,4 metros, el aforo se rebaja al 16 %. Las cuentas no salen», afirma un portavoz del grupo Recaba, uno de los actores principales en el ocio nocturno de la capital, con 1.500 empleados directos. «Y es que no solo somos los locales. Detrás está la industria del refresco, los derechos de la SGAE, el consumo masivo de limones... Si esto no se arregla, los ERE van a ir que vuelan», añade el mismo portavoz.

De un lado, los hosteleros de la noche se quejan de las normas de la desescalada. «A alguien se le ha ocurrido la norma absurda de que no se puede bailar ni con mascarilla. O el tema de la limitación de aforos, que es una gran mentira, porque te dicen que abras con el 75 % pero en realidad te recortan hasta el 16 %. Y luego está la Policía Local. Vienen a inspeccionarte por la mañana y te dicen una cosa, y vienen otra vez por la tarde y te dicen otra. Tenemos que sentarnos con la Policía Local y que se nos diga claramente qué tenemos que hacer. No queremos que vengan, nos sancionen con faltas graves y perdamos las licencias».

El más reciente punto de fricción se está produciendo con las terrazas y locales que ofrecen pipas de agua, las populares cachimbas, toda una moda entre la juventud valenciana. Los hosteleros se quejan de que la guardia urbana con frecuencia obliga a retirar estas pipas alegando que los consumidores pueden chupar de la misma boquilla, con riesgo de contagio. «Pero Sanidad permite las cachimbas si las boquillas son de un solo uso», afirman desde Recaba. «Ahora mismo hay 150 cachimberos en València y se exponen a ir todos al paro por la actuación de la policía local. Persiguen eso pero no los platos o los cubiertos de los restaurantes, que desde luego no son de un solo uso, y también se pueden intercambiar un vaso, o un cigarro».