Cáritas Valencia atendió a 11.528 familias a lo largo de los meses de confinamiento con motivo del estado de alarma por la COVID-19, muchas de las cuales, un 32 %, no habían solicitado ayuda con anterioridad a la pandemia. El dato de beneficiarios de estos meses supone un 23 % de los que muestra la Memoria de 2019, para todo el año (49.523). Así, lo han señalado esta mañana el director de Cáritas Valencia, Ignacio Grande Ballesteros y la secretaria general de la institución, Fani Raga Quiles, acompañados por el obispo auxiliar de Valencia, Arturo P. Ros Murgadas, en la presentación de la Memoria Institucional correspondiente al año 2019 y su actuación a lo largo de la pandemia por el coronavirus con las personas y colectivos empobrecidos.

El incremento de personas se debió, fundamentalmente, a la pérdida del empleo por causa de los despidos o los ERTES realizados por las empresas o a la pérdida del empleo informal en muchas familias. En este sentido, los perfiles de personas acompañadas durante estos meses por las Cáritas parroquiales coinciden con los más habituales atendidos en años anteriores y con los de mayor vulnerabilidad en nuestra Comunitat y son, familias con hijos (reconocida por el 76,9 % de las parroquias); personas que han perdido su empleo o se han visto afectadas por un ERTE (59,4 %); persona extranjera en situación administrativa irregular (54,6 %); mujer sola con hijos (42,4 %).

A lo largo de estos meses, las Cáritas parroquiales han realizado acciones de acompañamiento, orientación e información, que han llevado a cabo de forma telefónica o telemática; atención a necesidades básicas, por medio del reparto de alimentos y productos de higiene básicos, de vales de compra para supermercados e hipermercados o tarjetas solidarias. Además, durante la pandemia, muchas Cáritas parroquiales han incrementado el habitual trabajo de coordinación con las instituciones públicas y privadas de su entorno (servicios sociales, policía y protección civil, otras entidades y ong) para poder acompañar mejor a las familias.

Así, las Cáritas parroquiales han invertido 431.653 solo en estos dos meses, sumados a los más de tres millones de euros que gastaron el año pasado en la atención a las personas en situaciones de mayor vulnerabilidad de la diócesis. Este dinero se une a los 883.990 euros que ha invertido Cáritas Diocesana que se han destinado, además de en el apoyo al trabajo de las Cáritas parroquiales, en el mantenimiento de sus programas y proyectos de atención a las personas.

Un total de 199 personas han pasado la pandemia en las 38 viviendas cedidas por Cáritas a familias vulnerables, migrantes y refugiados y personas en situación de sin hogar. Además, 24 menores de edad estaban alojados en el Hogar residencia Mare de Déu dels Desemparats i dels Innocents, que se puso en marcha en el mes de diciembre de 2019 y once personas en situación de sin hogar en el Centro San Esteban, reabierto para la ocasión con el apoyo del Ayuntamiento de València.

Preocupaciones y retos

En su comparecencia, el director de Cáritas Valencia, Ignacio Grande ha mostrado su preocupación por las personas que ya integraban la denominada sociedad frágil, "esas familias que van a requerir mucha atención durante mucho tiempo debido a su situación previa y posterior a esta crisis sanitaria; así como por la sociedad insegura: familias que han pasado de la vulnerabilidad a la exclusión, cuya situación tras la pandemia no ha hecho sino empeorar, debido a la inestabilidad que ya padecían antes de esta crisis".

Grande se ha referido a la necesidad "de revincularnos como sociedad y de caminar de forma conjunta entidades, Administraciones y sociedad para poder seguir garantizando el derecho de acceso a los derechos fundamentales como la alimentación, la vivienda y el empleo dignos que vertebran las vidas de las personas y las familias".

Entre los retos destacados por la entidad de cara a superar este periodo "que no ha afectado de igual forma a todas las personas, debido a los altos niveles de desigualdad que ya padecíamos", el director de Cáritas Valencia ha recordado "la urgencia de apostar por políticas de protección social y, de fomentar la creación de espacios de convivencia y buena vecindad que tejan redes de solidaridad".