La atención de los pacientes hepáticos durante el estado de alerta por el coronavirus ha pasado a ser telefónica en su mayoría, ha habido una parálisis de los diagnósticos y nuevos tratamientos para pacientes con hepatitis C y se han aumentado las listas de espera. Son algunas de las conclusiones de la jornada «Impacto de la pandemia COVID-19 en la práctica clínica en la C. Valenciana y Murcia» organizada por Gilead. El doctor Moisés Diago, del Hospital General de València y moderador de la jornada, explicó que la pandemia les obligó a hacer las consultas por vía telefónica y telemedicina para evitar nuevos contagios, además de desprogramar «temas menos urgentes. Afortunadamente, la situación comenzó a mejorar a mediados de mayo y los centros de especialidades han abierto hace unos días». Aunque una de las consecuencias negativas de la crisis sanitaria ha sido que «las listas de espera han aumentado dos meses y se han paralizado diagnósticos y nuevos tratamientos para pacientes con hepatitis C».