El coronavirus pasa factura al negocio exterior de la Comunitat Valenciana. Aunque no a todos los sectores de actividad. Las exportaciones de la autonomía se hundieron un 39,4 % el pasado mes de abril, en comparación con idéntico mes de 2019, al reducirse a 1.585,6 millones de euros, lo que supone un decenso histórico y que refleja la misma proporción de caída que en el conjunto de España. El desplome de la actividad exterior tiene que ver con la paralización de gran parte de las actividades productivas no esenciales durante la primera etapa de confinamiento del estado de alarma y coincide con la primera quincena de abril; es decir, durante la Semana Santa y Pascua.
Según constatan los datos de la dirección territorial de Comercio de la Comunitat Valenciana, la excepción a esta debacle del comercio exterior se produjo en las empresas agroalimentarias. Así, las empresas citrícolas exportaron un 34,7 % más mientras que las de frutas, hortalizas y legumbres mejoraron un 20,1 %. Sin embargo, se hundieron las del ámbito manufacturero: textiles (-60,4%), confección (-51,8%), calzado (-66%), cerámica decorativa (-63%), cuero (-70%), iluminación (-50%) y juguetes (-52%). Mientras tanto, las de cerámica -con las fábricas concentradas en el clúster de Castelló- disminuyeron un 39 %.
Impacto en Ford Almussafes
Paralizada la factoría de Almussafes de Ford, al igual que la mayor parte de la industria implantada en la Comunitat Valenciana, las ventas foráneas de automóviles y componentes cayeron un 90,5 % en abril en comparación con el mismo mes de 2019.
Los envíos de la Comunitat Valenciana dirigidos a la UE mermaron a tasas interanuales de 36,8%, las destinadas a la zona euro se redujeron un 36,4% y las dirigidas al resto de la UE decrecieron un 39,6%, en abril de 2020. En el resto de Europa, las ventas a Turquía disminuyeron un 35% y las ventas a Reino Unido (consumado el Brexit), un 56,4%.
En España, las exportaciones retrocedieron un 39,3% en abril, el primer mes completo afectado por el confinamiento como consecuencia de la pandemia de la covid-19, mientras que las importaciones retrocedieron un 37,2%, según los datos publicados ayer por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
El recorte de negocio supone la mayor caída mensual interanual de toda la serie histórica, que data del ejercicio 1995 y se sitúa en niveles de hace una década en términos absolutos, refleja el informe mensual del departamento de Reyes Maroto.
Las exportaciones de la Comunitat Valenciana alcanzaron un valor de 9.500,1 millones de euros en el primer cuatrimestre del año, lo que representa un descenso del 10,4 % con respecto al mismo periodo del año anterior, según datos hechos públicos por la Dirección Territorial de Comercio de la Comunidad Valenciana. Este descenso de las exportaciones -provocado por la caída de las ventas en el mes de abril- resulta dos puntos menor que la experimentada por el conjunto de España en este periodo, cifrado en un 12,4 %.
Una tendencia «mundial»
A la hora de buscar explicaciones, la directora general de Internacionalización, María Dolores Parra, sostiene que el desplome de las exportaciones en el mes de abril era «previsible» debido al cese de la actividad . «Se trata de una tendencia mundial ya que el comercio internacional se ha visto frenado a causa de la pandemia en todo el mundo», comentó ayer Parra.
Con todo, destacó que la Comunitat Valenciana se mantiene como la tercera autonomía más exportadora, con el 11,3 % de las exportaciones españolas y que se encuentra en valores para el cuatrimestre algo superiores a los registrados en el año 2015. Respecto a los sectores, Parra reconoció el notable comportamiento de las exportaciones de productos alimentarios que concentran el 26 % de las exportaciones y ascienden un 14,8 %. En ese capítulo, figuró el citado ascenso naranjero, con un incremento del 24,9 % respecto al mismo periodo del año anterior.
Pese al tirón exportador, la industria agroalimentaria reprocha al Gobierno central tanto su gestión de la crisis sanitaria por la covid-19 como la falta de medidas para recuperar la actividad tras la pandemia. Y le exige que cambie de actitud y escuche a los sectores implicados.
