La seguridad se ha convertido en el auténtico quebradero de cabeza de todos los eventos y acontecimientos ante el riesgo de un posible contagio por coronavirus. Una situación que también afecta a los tradicionales campamentos de verano que cada estío acogen a niños y jóvenes de toda la Comunitat Valenciana.

De ahí que el Consell Valencià de la Joventut (CVJ) y las entidades de educación no formal hayan exigido a la Generalitat más recursos y la cesión de espacios, como escuelas o albergues, para que las entidades juveniles puedan organizar las actividades con las medidas de seguridad necesarias.

Las entidades realizaron ayer esta petición ante la publicación en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) del decreto de regulación y flexibilización de las restricciones del estado de alarma para la fase 3. En un comunicado, recordaron que el ocio educativo es un derecho reconocido por las leyes valencianas de infancia, adolescencia y juventud, y la presidenta del CVJ, Pilar Blasco, advirtió, además, de que está en juego la salud mental de muchos niños y niñas, así como la participación juvenil.

«La infancia y la adolescencia han sido los colectivos más afectados por el confinamiento. Fueron también los más olvidados y no puede volver a pasar», advirtió Blasco, y por ello, exigió a las autoridades que sean más flexibles y tengan en cuenta todas las realidades a la hora de plantear las normativas.

Desde estas entidades criticaron que no se haya contado antes al asociacionismo juvenil y sus características y necesidades, y aseguraron que aunque entienden la situación, la normativa ha llegado «tarde y con muchas dudas», teniendo en cuenta el tiempo que necesitan para organizar los campamentos y las actividades de verano. En este sentido, reclamaronque el ocio educativo también sea una prioridad en la transición a la nueva normalidad.