Todo el sector turístico español, de los hosteleros a los grandes empresarios, de las agencias a las aerolíneas, recibió ayer con frialdad, cuando no con un indisimulado cabreo, el esperado plan de rescate del Gobierno a esta industria que representa en la C. Valenciana el 14% del PIB y el empleo. Un buen comienzo, en la dirección correcta, apuntaron muchos; pero carente de ambición en su alcance, coincidieron, sobre todo por no incluir la prórroga de los ERTE hasta fin de año, a lo que todo el sector fía la supervivencia ante este 2020 nefasto.

Según Pedro Sánchez, el Gobierno destinará 4.262 millones de euros a impulsar la recuperación del turismo, lo que beneficiará a 1,2 millones de trabajadores. El Gobierno explica en el Plan que el volumen total de apoyo será de 19.535 millones, porque a estos 4.262 millones suma los 15.273 millones de las medidas de choque previas, básicamente los ERTE y los créditos ICO.

De la cuantía total, 3.360 millones se destinarán a medidas de reactivación, pero aquí están incluidos los 2.500 millones de la línea preferente de créditos ICO que ya aprobó el martes el Gobierno, por lo que novedosos son 860 millones. Otros 859 millones más se dedicarán a mejorar la competitividad.

El plan consta de cinco áreas de actuación: recuperación de la confianza de España como destino seguro (200.000 euros), actuaciones para reactivar el sector (los 3.362 millones) mejora de la competitividad (859 millones), mejora del modelo de conocimiento integral o inteligencia turística (3,1 millones) y marketing y promoción (38,1 millones). También incorpora otras medidas financieras como una moratoria de 12 meses para los préstamos con garantía hipotecaria para bienes inmuebles, algo que en realidad no le cuesta nada al Estado.

El contenido del plan recibió pocos aplausos desde la C. Valenciana: «No recoge la realidad, ni resuelve los ERTE ni plantea medidas de estímulo a la demanda», lamentaba la influyente patronal hotelera Hosbec. «El Gobierno vuelve a abandonar una vez más a los trabajadores y empresarios turísticos, sin hacer un tratamiento especializado en un sector donde existe acuerdo entre sindicatos y organizaciones empresariales para dicha prórroga. Si hay acuerdo en el ámbito del diálogo social, es el Gobierno el que no quiere poner en marcha esta prórroga. Y sin esta clave principal, todo lo demás sobra, no tiene importancia, no es ni prioritario ni siquiera destacable», añade.

Además, Hosbec lamenta que el plan no incluye «ni una sola medida que favorezca el consumo turístico: «No hay ningún estímulo para el turismo interno como han hecho otros países», dijo, en referencia a Italia, por ejemplo, que bonifica las vacaciones dentro de sus fronteras. «El mismo Gobierno que sí apoya al automóvil con descuentos para la compra de nuevos vehículos, no estima necesario que los españoles puedan verse invitados también a reactivar el turismo español», añade. «Los empresarios turísticos de la C. Valenciana se sienten muy decepcionados», resume la entidad que dirige Toni Mayor.

Tampoco se mostró eufórico el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, que considera el programa de ayudas como «el principio». «Necesitaremos sostener en el tiempo con una mayor intensidad: falta que llegue Europa con fondos destinados al turismo», añade. «Lo importante del plan es que exista. El turismo necesita que se le tome en serio», asegura Colomer. Desde la Agencia de Turismo de la Generalitat se suman a la exigencia de que los ERTE se prorroguen más allá del estado de alarma para proteger a las plantillas y las empresas, que van a ver mermados sus ingresos de forma considerable.