Toda la población de la Comunitat Valenciana respiró en 2019 un aire perjudicial para la salud según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y estuvo expuesta, además,a niveles de ozono troposférico que dañan la vegetación, según el último informe de Ecologistas en Acción.

En el documento, donde se examina a todo el territorio español, el colectivo ambientalista anuncia que ha recurrido ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana por la «negativa» del Consell a «cumplir con sus obligaciones legales en materia de calidad del aire». Según Ecologistas en Acción, en sus respuestas de julio y octubre de 2019 y marzo de 2020, la Generalitat Valenciana condiciona la elaboración de los planes autonómicos a la realización previa de «trabajos de investigación que permitirán establecer las bases y el conocimiento necesario para establecer políticas de gestión de reducción del ozono troposférico», cuyos resultados «servirán de base para abordar un Plan de Mejora del ozono troposférico en la Comunidad Valenciana, que unificará esfuerzos con las estrategias que se adopten a nivel nacional sobre este asunto».

Según el estudio, hecho público ayer, unos 90.000 valencianos, el 2 % de la población, viven en las dos zonas donde la media de las estaciones de medición superó el objetivo legal para la protección de la salud establecido para el ozono: Cérvol-Els Ports y Júcar-Cabriel (área interior), paradójicamente donde menos tráfico rodado existe. El cuadro general de la Comunitat Valenciana es el de unos elevados niveles de contaminación por ozono troposférico que afectan a todo el territorio, y cuyo origen procede en gran medida de los óxidos de nitrógeno emitidos por los vehículos que circulan por las cuatro aglomeraciones (València, Alicante, Castellón y Elche) y por las carreteras interurbanas.

También contribuyen de forma más puntual a los niveles de ozono y/o partículas diversas áreas industriales, como la zona cerámica de Castelló, las cementeras de Alicante y Sagunt, la refinería de Castelló y la fábrica de automóviles de Almussafes, tal como recoge el documento.

Los contaminantes que mayor incidencia presentaron en el año 2019 en territorio valenciano fueron el ozono troposférico, seguido por las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5). Estas últimas afectaron principalmente a las aglomeraciones de València, Castelló, Alicante y Elx, y a las áreas costeras de Mijares-Penyagolosa (Zona Cerámica de Castelló), Turia, Júcar-Cabriel y Segura-Vinalopó.