Megáfono en mano y con drones informativos como marcan las nuevas tecnologías, la Policía Local de València desalojó ayer las playas de las Arenas, la Malvarrosa, Pinedo, el Saler y el Perellonet en apenas veinte minutos. A las 19.20 ya no quedaba un solo bañista o despistado en la arena para celebrar la Nit de Sant Joan junto a la orilla del mar como marca la tradición. Este año no hubo hogueras, ni beso a medianoche de enamorados con los pies en el Mediterráneo, tampoco el alcohol ni botellones en la playa -estos se trasladaron a otros puntos de la ciudad pero fueron muy puntuales y poco numerosos-. El Covid-19 ha marcado territorio y la posibilidad de nuevos rebrotes ante concentraciones en las que sería muy difícil mantener la distancia social, obligó a cerrar a cal y canto las playas de la Comunitat.

Aunque desde hacía días se había informado de la prohibición de acceso a la arena y la entrada de leña, aún hubo algún despistado que acudió con todo listo -bocadillos, bebidas, ..- para cenar y pasar la Nit de Sant Joan como todos los años en la playa de la Malva-rosa. «Cuando nos ha dicho el policía que nos teníamos que ir nos hemos quedado a cuadros, no entendemos por qué otras noches podemos estar y hoy no», se lamentaba Nayma, quien había acudido junto a dos amigas y sus respectivos hijos, de entre siete y quince años, para celebrar Sant Joan en la arena. «Es muy triste que este año no podamos, si durante el día la playa está llena», apunta Jamila.

Otros como Erik y Pablo cogieron sus bártulos y la poco bebida que les quedaba, «ya nos hemos bebido las cervezas», y optaron por irse a celebrarlo a otro enclave de la capital del Túria. «Nos iremos al cauce del río o a la zona de las Artes y las Ciencias, ahí seguro que hay peña», apuntaban.

No obstante, además del importante despliegue policial en las playas de València y municipios costeros próximos, las patrullas también controlaron que se produjeran botellones en otros puntos de la ciudad. Al cierre de esta edición no se habían producido incidentes de gravedad y las concentraciones e incumplimientos de las medidas de distanciamiento fueron puntuales. Además de la responsabilidad ciudadana, la presencia policial y la amenaza de sanciones propició que la jornada transcurriera con tranquilidad.

Un total de 192 agentes de todas las unidades de la Policía Local de València -motoristas, caballería, perros, drones- velaron para que se cumpliera la prohibición de acceso a las playas de València y sus pedanías. A ello ayudó también la colocación de 510 vallas y agentes distribuidos a cierta distancia para controlar cualquier posible acceso.

«La pandemia no ha pasado, debemos seguir extremando las precauciones», advirtió ayer Aarón Cano, concejal de Protección Ciudadana del Ayuntamiento de València, quien apelaba a «la responsabilidad individual y colectiva». «No debemos bajar la guardia, aunque finalice el Estado de Alarma, la pandemia no ha acabado», señaló el responsable de Seguridad en el Consistorio.

Este operativo especial de policías locales fue acompañado del resto de medidas aprobadas en la Junta de Gobierno para evitar aglomeraciones que pudieran suponer un repunte de contagios ante la dificultad para mantener distancias interpersonales de seguridad y estuvo coordinado con el resto de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado a través de las reuniones mantenidas en los días previos con la Delegación del Gobierno en la Comunitat.

Esos sí, para algunos el hecho de que este año no hubiera hogueras les afecta directamente a su economía. Es el caso de David, quien tiene un puesto de mazorcas de maíz junto al Hotel de Las Arenas. «Para nosotros la Noche de San Juan es como la Nit del Foc, es cuando más caja hacemos pero este año no va a poder ser», explicaba resignado tratando de vender el género a los últimos rezagados. «Es el primer año que vamos a tener que levantar el chiringuito desde hace 40 años», apuntaba ya que se trata de un negocio familiar heredado de su abuelo, quien ya se ponía en este mismo punto cuando ni siquiera existía el Paseo de Neptuno.

Otras playas blindadas

Las playas de Cullera, Sueca o Gandia fueron otras de las que se blindaron anoche para evitar nuevos contagios. Al igual que las de Sagunt y Canet d'en Berenguer. La clave para que los desalojos se produjeran sin incidentes fue que las policías locales de estos municipios procedieron al desalojo temprano, entre las 18.00 y las 20.00 horas dependiendo de lo fijado por cada consistorio. Según fuentes policiales, el problema real hubiera surgido si se pretende desalojar la arena ya entrada la noche, cuando la gente está más bebida y pueden producirse incidentes de resistencia a la autoridad.

La Policía Local de la Pobla de Farnals, con una decena de agentes y la colaboración de siete miembros de Protección Civil, también mantuvo cerradas las playas de la localidad sin que se produjeran incidentes.

Muchos optaron por cambiar los bocadillos y hogueras junto al mar este año por una cena en la terraza de un bar guardando la pertinente distancia social.