La Conselleria de Sanidad lo anunció a bombo y platillo en lo peor de la crisis: iba a crear un protocolo para permitir reagrupar a los ancianos enfermos de covid-19 en residencias medicalizadas y permitir así que sus centros de referencia quedaran «limpios». La medida, pese a que contó con su propio protocolo desarrollado, arrancó a medio gas y solo se aplicó de forma concreta en la residencia privada Savia de Requena donde el Ejército instaló un corredor exterior para sacar a varios residentes hasta un centro de día habilitado y que estaba justo al lado. En el resto de casos y pese a lo anunciado, no se llegó a sacar a los residentes enfermos, ni siquiera a los de sintomatología leve que podrían haber seguido aislamiento en otros sitios.

Es la queja que mantienen desde la patronal del sector, Aerte. Su presidente José María Toro quiere, de hecho, que el protocolo se aplique tal y como estaba previsto si hubiera un rebrote de coronavirus que vuelva a afectar a las residencias. «Lo hemos dicho y lo seguimos diciendo, que se aplique el protocolo de reagrupamiento porque es la mejor manera de defender al resto de residentes», asegura Toro. La patronal va a poner sobre la mesa ésta y otras peticiones en la reunión que van a mantener la próxima semana con la Conselleria de Sanidad. Según Toro, la reunión busca revisar lo que se ha hecho para ver los puntos débiles que se han detectado en estos tres meses «y poder ponerles remedio para que no nos vuelva a pasar. Sabemos que tuvimos problemas con el suministro de equipos de protección, con la llegada de los test masivos o con las dificultades para mantener a personal. Queremos que sea una reunión constructiva, un grupo de trabajo para sumar».

Al igual que Toro aplaude que se mantengan las comisiones de seguimiento con Sanidad para controlar la residencias, es crítico con la actitud de la Conselleria de Igualdad, «que ni nos ha contestado a nuestra petición de reunión y que parece que lo da todo por hecho y conseguido».