El comercio exterior, una de las grandes palancas de la economía valenciana, junto al turismo, amenaza hecatombe en este 2020 estigmatizado por la pandemia del coronavirus. Los augurios del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) son ciertamente pesimistas, dado que prevén que las exportaciones de la autonomía se hundan un 13,4 % en el escenario más optimista de la crisis y se desplomen un 34,1 % en el más pesimista, según un informe publicado ayer y elaborado por los profesores Francisco Alcalá y Juan Carlos Robledo. En el primer caso, la bajada será de siete décimas superior a la de la media española, mientras que en el segundo la distancia subirá a algo más de dos puntos. Mientras que los cálculos para España son muy similares a los del conjunto del comercio mundial, los de la Comunitat Valenciana «resultan bastante peores» en el escenario menos halagüeño, con una diferencia de 2,2 puntos.
El pronóstico tiene su base en lo que ha sucedido en los cuatro primeros meses de este año, en dos de los cuales España estuvo prácticamente confinada por el estado de alarma. En el primer bimestre del ejercicio, y por razones ajenas al coronavirus, las exportaciones valencianas ya habían descendido una décima, frente al alza del 3,5 % de las españolas, mientras que en el período comprendido entre marzo y abril el desplome ha sido histórico, con un descenso en cada caso del 20,6 % y del 26,7 %, similar, por otra parte, al comportamiento de las importaciones.
El documento detalla el papel fundamental que en dicho hundimiento juega la composición en términos de actividades productivas, singularmente en la Comunitat Valenciana. Por un lado, está el peso de la industria automovilística, superior al que la misma tiene en el comercio mundial, y cuyas ventas al exterior se quedaron en el 50 % entre marzo y abril respecto al primer bimestre. También tiene una aportación muy elevada otra actividad con pésimos pronósticos: la que agrupa a ciertas manufacturas. Por contra, la agricultura «ostenta una de las previsiones comerciales menos negativas», aunque su importancia en el PIB es baja.
Esperanza
Los autores del informe, no obstante, expresan su esperanza de que «se registre una notable recuperación de las ventas y las exportaciones con el levantamiento de las restricciones a la movilidad, puesto que, de otro modo, el impacto sería catastrófico» para la industria valenciana.
En relación con esto, el IVIE destaca un factor favorable al comercio exterior valenciano, y es que tiene «un notable sesgo en favor del destino europeo y en detrimento de los destinos asiático y norteamericano». Esta realidad tuvo efectos negativos para la autonomía «en etapas previas puesto que el mercado norteamericano y, sobre todo, el asiático fueron extraordinariamente dinámicos anteriormente. Sin embargo, en la época actual, tanto por el rearme arancelario como por el impacto del Covid-19, la cercanía política y geográfica de los mercados de exportación se ha convertido en un factor positivo», dado que el comercio con Europa caerá menos que el de Asia y Norteamérica.
