El presupuesto de la Generalitat para 2021 no va a ser restrictivo en ningún caso. La pandemia ha añadido incertidumbre a la confección de las próximas cuentas autonómicas y el Consell aún no conoce en detalle los ingresos de que dispondrá para elaborarlas.
Sin embargo, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, anunció ayer en un encuentro telemático con Levante-EMV, patrocinado por el Banco de Sabadell, y en presencia de unas doscientas personas, que el nuevo presupuesto autonómico será «expansivo» pero siempre dentro del rigor y estará basado en los pilares de justicia social y potenciación de los incentivos económicos autonómicos que faciliten la reconstrucción.
Puig puso cifras y señaló que en el conjunto del Estado se producirá una merma de ingresos de unos 50.000 millones, unido a un mayor compromiso de gasto, en torno a los 60.000 millones, por lo que las administraciones tendrán que afrontar mayor endeudamiento.
En el encuentro, moderado por el director general de Relaciones Institucionales de Levante-EMV y Prensa Valenciana, Julio Monreal, y la periodista Julia Ruiz, y en el que Puig respondió a preguntas de los asistentes, el presidente desgranó sus recetas para la reconstrucción de la Comunitat Valenciana tras la pandemia.
Hacia la normalidad mejorada
Una hoja de ruta enmarcada en la conferencia bajo el título «Tránsito hacia una normalidad mejorada» en la que apeló a la necesidad de que las Administraciones públicas estimulen la economía y defendió una colaboración público-privada «inteligente».
En su opinión, el virus ha demostrado la urgencia de los cambios, pero la «normalidad mejorada» no podrá sostenerse sobre los pilares de la vieja normalidad. Las transformaciones tienen que elevarse sobre la sostenibilidad, la inclusión y la innovación, porque el neoliberalismo ha firmado su carta de defunción y sus recetas ya se ha demostrado que no sirven.
Porque si algo ha puesto de manifiesto la pandemia, señala Puig, es que existe cierto consenso entre la mayoría de las fuerzas políticas sobre la necesidad de blindar el Estado del Bienestar. Por eso, la reconstrucción tiene que pasar por la potenciación de los servicios públicos, la sanidad y la protección social, es decir por el bienestar público sobre los intereses privados. «Solo una crisis produce cambios reales», señaló Puig. «De la Gran Depresión salió el New Deal y de la Segunda Guerra Mundial, la UE, pero hay que dirigir la energía y la estrategia en la dirección correcta porque lo contrario genera frustración», dijo.
«A Newton le cayó una manzana y le inspiró la teoría de la gravedad, a nuestras sociedades les ha caído el virus», dijo gráficamente.
Esa salida no puede hacerse sin un cambio de modelo de financiación. «La reforma es inaplazable, porque la desventaja que sufre la Comunitat Valenciana es intolerable», elevó el tono Puig.
Tras citar el anuncio anteayer del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que presentará un primer boceto de reforma en noviembre, el jefe del Consell señaló que existe un cambio de actitud en el Gobierno respecto a la Comunitat Valenciana. El factor población ha pasado a ser fundamental, como reclamaba el Consell, y su importancia ha quedado demostrada con el cambio de criterio para el reparto del fondo de 16.000 millones a las autonomías.
A partir de hora, añade Puig, es necesario forjar consensos para alumbrar un nuevo modelo de financiación con suficiencia económica para el conjunto del Estado y equidad en el reparto. «A los valencianos nunca nadie no ha regalado nada», advirtió el presidente.
En clave nacional, Puig planteó la necesidad de que España supere una mirada centralista que no le deja ver más allá de lo que ocurre dentro de la M-30 madrileña y lo que acontece en Cataluña.
Reforma sanitaria
Y uno de los primeros pasos en la agenda de la recuperación será dar un nuevo impulso a la sanidad pública valenciana «con un programa de reforma, modernización y vigorización para profundizar en el principio de universalidad y hacerla más sostenible», avanzó. Detalló que el Consell trabaja en un disponer de un sistema preparado para cualquier eventualidad con un camino marcado: detección precoz y actuación inmediata con el rastreo de contactos y con la Atención Primaria como escudo.
Preguntado por el peor momento de la crisis, el presidente respondió que fue cuando las proyecciones daban un aumento sustancial de personas ingresadas en la UCI y el sistema podía llegar a colapsar, aunque eso finalmente no ocurrió y el sistema respondió.
Puig insistió en diferentes fases de la conferencia en la necesidad de apoyarse en la innovación, que es como la política: «O la haces o te la hacen». «No podemos depender de los otros en cuestiones estratégicas para nuestro bienestar y desarrollo», porque, como se ha evidenciado la crisis sanitaria, «ni en la industria ni en la agricultura podemos depender en exclusiva de mercados exteriores», remató.
