Pasan los años y todo acercamiento a la figura de Nino Bravo gana en emoción y acrecienta la leyenda. Pero la experiencia definitiva es visitar el museo que su localidad le dedica. A la espera de reabrir en unos días, una vez finalizado el estado de alarma, este espacio reafirma de manera contundente el vínculo entre el malogrado cantante y su pueblo, Aielo de Malferit. Es particularmente emocionante ver de cerca los trajes que vistió. Y la mitomanía se alimenta con creces con la contemplación de los objetos personales del intérprete. Pero el Museu Nino Bravo no quiere quedarse solo en el papel de gigantesco relicario y es, desde su puesta en marcha, un lugar en el que su discografía (1968-1973) queda perfectamente documentada y su trayectoria, rigurosamente descrita. El museo tuvo su embrión en torno a 1998, cuando se cumplían 25 años del fallecimiento. Primero fue una modesta muestra de objetos recopilados. Pero la ambición del Ayuntamiento de Malferit y el respaldo de la Diputación de València, que se encargó del proyecto museístico, dieron como resultado la apertura del definitivo museo actual el 28 de octubre de 2006.

Además de la parte meramente expositiva, el museo brinda al visitante la oportunidad de acercarse al universo sonoro de Nino Bravo: tanto a través de grabaciones sumamente conocidas del archivo de TVE como de otras que hasta hace pocos años habían permanecido ocultas. En la sala de audiovisuales se puede disfrutar de esas actuaciones en Televisión Española así como de otras como la del IV Festival de la Canción de Río de Janeiro de 1970, el Festival de Jazz de Montreal de 1971 o sus apariciones en Radio Caracas TV en 1970 y 1971. También destaca una sesión de varios vídeos grabados para Televisión Nacional de Chile en 1971. Y una actuación en un plató de TVE que, a diferencia de las ya conocidas, había permanecido olvidada en un archivo oculta por otra grabación posterior. El visionado en exclusiva en este museo de Nino Bravo. Historia de un mito, un profuso documental dedicado a su persona, completa el recorrido por la gigantesca figura de un cantante que fallecía en 1973 pero que dejaba una huella inmortal gracias a su portentosa voz y a sus imperecederas melodías. El museo abre los sábados de 18 a 20 h. y los domingos: 11 a 13.30. Pero son posibles otras visitas concertadas.