La reducción de la ratio máxima en las clases de tres años de Educación Infantil que la Conselleria de Educación planteó llevar a cabo en 33 municipios valencianos podrá ser efectiva a partir del curso 2021-22, y no desde el próximo septiembre, a pesar de que el Tribunal Supremo ha dado el visto bueno a la medida, en contra de lo que dictó anteriormente el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJ).

Como avanzó ayer Levante-EMV, el Tribunal Supremo ha anulado la orden del TSJ que impedía bajar la ratio en el primer curso del segundo ciclo de Infantil de 25 hasta 23 alumnos en municipios con baja natalidad. El Supremo recuerda que la Generalitat tiene las competencias en materia educativa y que el Consell «no establece un número fijo de alumnos, sino un límite máximo», por lo que dio la razón a la conselleria, en contra de lo que había considerado el TSJ, ya que no contradice la normativa estatal.

Desde Educación apuntan que se decidió recurrir la suspensión cautelar de la orden porque «todas las acciones que se toman para garantizar menos alumnado en el aula tienen el objetivo de asegurar una mejor calidad y mejor atención educativas a todo el alumnado». Por eso, desde el Consell defienden que se iban a tomar «todas las medidas que hicieran falta para velar por este derecho de los niños y niñas valencianos».

De hecho, como publicó ayer este periódico, esto se incluye en la argumentación del Supremo, que puntualiza que «conviene tener en cuenta que la finalidad que cumple la norma es impedir que se degrade la educación mediante su masificación, y para ello el legislador establece un umbral de exigencia, estableciendo ese número máximo de alumnos por aula, que no puede superarse porque ello empeoraría el servicio educativo, con la consiguiente repercusión sobre el aprovechamiento y rendimiento de los alumnos».

No obstante, a pesar de contar finalmente con el visto bueno de los tribunales, esta norma no podrá aplicarse hasta dentro de dos cursos, en 2021-22. El motivo es que, precisamente durante este mes de junio, ya se ha iniciado el proceso de admisión para 2020-21, por lo que habría que aplicar la sentencia con un cierto efecto retroactivo, lo que no está permitido (si bien, en la práctica, el número de alumnos por aula se reducirá excepcionalmente a causa de las medidas sanitarias implantadas por la covid-19, al margen de esto).

En la orden de 2017 (que fue recurrida por Escuelas Católicas, entidad que ayer declinó hacer declaraciones), la Conselleria de Educación establecía que una serie de municipios podían rebajar el número de escolares de cada aula de tres años, pasando de 25 -el límite general y que hay en la actualidad- a 23 niños y niñas. La diferencia parece pequeña, tan solo de dos alumnos, pero en alguno de los pueblos o ciudades con pocos menores, esa cifra puede marcar la diferencia entre que se suprima o se mantenga una unidad de este nivel en una escuela pública, en un contexto social en el que la natalidad lleva más de una década cayendo.

Algunos de los pueblos que se señalaron cuando la orden vio la luz fueron un total de 18 en la provincia de València, cinco en las comarcas de Castelló y una decena correspondientes a las de Alicante, desde, por ejemplo, Mislata, Ontinyent, Xàtiva o Tavernes de la Valldigna, hasta Castelló, Vila-real, l'Alfàs del Pi, Cocentaina o Xàtiva.

«Fundamental para la calidad»

Por su parte, la portavoz de Educación del PSPV-PSOE en las Corts, Ana Besalduch, afirmó ayer que la resolución judicial demuestra que «la máxima de 'más profesores y ratios más bajas' es fundamental para mejorar la calidad educativa», por lo que «queda claro que la bajada de las ratios no es una ocurrencia», sino que la medida «va enfocada siempre a la mejora de la educación», detalló ayer Besalduch.

«Cuanto menos masificadas estén las aulas, mucho mejor será para el alumnado la enseñanza, porque resultará más fácil llegar a todos los niños y niñas e incluso individualizar las directrices o la forma de enseñar a cada persona», añade la portavoz socialista de Educación.

«Más profesores y menos ratios» es una de las «máximas» del Consell para «continuar en la mejora de la calidad educativa, y por eso estamos convencidos de que esta sentencia supondrá una mejora indiscutible para el alumnado», según Besalduch.

El Consell del Botànic ha ido, curso a curso, reduciendo las ratios máximas progresivamente desde 2016-27. En 2 años es de 18 escolares, en segundo ciclo de Infantil de 25, igual que en 1º y 2º de Primaria; y de 30 de 3º a 6º y en ESO, mientras que Bachillerato se queda en 30, igual que FP.