Triunfa el verde. Ahora que los ecologistas se hacen fuertes en Francia, después de años de avance en Alemania, y hasta el presidente Macron se envuelve en la bandera ambientalista, el PP de la ciudad de València se imbuye también de este espíritu y habla de «reverdecer» la capital y convertir esta en «la ciudad más ecológica de España».

Los populares celebran el próximo día 10 su congreso municipal y la única candidata y actual portavoz en el ayuntamiento, María José Catalá, se presenta con una ponencia política que se aleja de modelos conservadores del pasado. De la expansión urbanística de la etapa de Rita Barberá (con planes de actuación con bocados a la huerta en Campanar, Benicalap, Orriols, Benimaclet o Quatre Carreres) se pasa a proclamar que el PP «no quiere una ciudad que supere el millón de habitantes» (ahora roza los 800.000), según el documento al que ha tenido acceso Levante-EMV. Catalá, a la vista de la ponencia, se aleja de la derecha tradicional valenciana del ladrillo y se sitúa en una opción moderada y centrista.

La apuesta es acabar los que hay en marcha, pero no hacer nuevos PAI (proyecto de actuación integrada) ni recalificaciones, explicaron fuentes del partido. La idea es frenar el crecimiento mediante un nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) -el vigente es de 1988- y optar por rehabilitar con ayudas y dar salida a las viviendas vacías, en especial en zonas degradadas.

El documento, que fue presentado ayer al comité organizador del congreso, cita la culminación de un solo PAI, el del Grao, como forma de abrir València al mar. Este plan se considera «fundamental» para completar el ajardinamiento del viejo cauce del Turia y llegar hasta la Marina Real.

El PP de Catalá subrayó ayer que esta línea no es nueva para ella y que en su etapa como alcaldesa de Torrent no firmó ningún PAI nuevo.

El PP de Catalá también quiere presentarse como un partido que aboga por la peatonalización del centro histórico, pero «progresiva y ordenada», matiza, «siempre desde el consenso».

En este sentido, se desmarca de actuaciones del equipo de gobierno de Joan Ribó y defiende «revertir la actual remodelación de la plaza del Ayuntamiento» con una peatonalización «acorde a la principal plaza de la ciudad». También propone dar la vuelta a la actuación en la calle Colón.

La construcción de «un gran aparcamiento subterráneo» en el paseo de la Alameda (para liberarlo de turismos estacionados en la superficie), la creación de pasos inferiores en los dos márgenes del viejo cauce para integrar y proteger el Museo de Bellas Artes y las torres de Serranos y la apuesta por la ampliación norte del puerto, así como la del Jardín Botánico son otras propuestas urbanísticas de la ponencia que se aprobará, salvo gran sorpresa, el día 10.

La parte más verde del documento se completa con el fomento de jardines verticales, cubiertas verdes, bonificaciones a los vehículos no contaminantes, creación de plazas para coches verdes y puntos de recarga. La extensión de los contenedores soterrados y de sistemas de recompensa por el reciclaje son otras medidas. Sobre la Albufera, la apuesta es recuperar con mecenazgo ambiental.