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Alquiler de piscina privada por horas

El arrendamiento a grupos reducidos desde 12 euros se convierte en una alternativa a la playa y a las instalaciones públicas

Piscina privada que Ángel y Guadalupe alquilan en su casa de Gran Alacant, en Santa Pola. antonio amorós

Ángel Cobos y Guadalupe Juan son un matrimonio que reside en Gran Alacant, Santa Pola. Tienen 54 y 52 años, se encuentran en situación de desempleo y este verano esperan obtener algo de ingresos alquilando la piscina de su casa a grupos reducidos. Las reservas se formalizan a través de una web ideada para poner en contacto a anfitriones y bañistas que buscan disfrutar de un refrescante chapuzón con familiares o amigos alejados de tumultos. Se trata de una tendencia al alza que se empieza a extender y se posiciona como alternativa a las playas o piscinas públicas en tiempos en los que el distanciamiento social es la norma.

La residencia de esta pareja consta de una vivienda unifamiliar con terraza y los visitantes pueden utilizar la zona de baño además de la ducha y el aseo, el vestidor, las tumbonas y sombrillas y también la pérgola equipada con mesas y sillas. El acceso cuesta 15 euros por usuario durante mediodía (unas 4 horas) y el aforo está limitado a 10 personas. Los propietarios se comprometen a higienizar las instalaciones antes de la llegada de los grupos y garantizan que el agua de la piscina está debidamente tratada para garantizar la ausencia de patógenos. Hace pocos días recibieron a los primeros huéspedes y ya esperan repetir. «Pensamos que puede ser una buena idea para sacar un poco de dinero para el mantenimiento de la casa. Yo era autónomo dedicado al sector del transporte y las cosas fueron mal y ahora no trabajo. Mi mujer es ayudante de cocina en el comedor de un colegio pero desde junio hasta septiembre no trabaja, por lo que nos viene bien cualquier ingreso», explica Ángel.

La web que utilizan para contactar con los usuarios es Swimmy y su funcionamiento es muy sencillo. Cada anfitrión o visitante introduce sus datos y requisitos, la oferta de piscinas se muestra en función de la proximidad geográfica y el interesado puede reservar tras conocer las características de la instalación.

Como BlaBlaCar

Se trata de un sistema muy similar al de Airbnb para arrendar viviendas o BlaBlaCar para compartir viajes en vehículos privados. El alquiler de piscinas entre particulares se está haciendo cada vez más popular, y esta web cuenta ya con 200 instalaciones disponibles y 1.400 usuarios. El negocio está más asentado en Francia, donde suma 2.300 piscinas y más de 4.000 personas, según explica la directora de comunicación, Anaïs Ferrández.

«Aterrizamos el año pasado en España y el mercado se está desarrollando sobre todo ahora debido a la situación del coronavirus. Hay mucha gente que tiene ganas de juntarse en familia o con amigos, en círculos íntimos. A ello se le suma la situación de que hay piscinas públicas que no está claro que vayan a abrir, que tendrán aforo restringido y zonas comunes cerradas. En la provincia de Alicante la semana pasada se ofertaban tres piscinas privadas y ahora ya hay ocho», indica.

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