Celebrar un proceso congresual en tiempos de coronavirus tiene ventajas e inconvenientes, según se mire y según para quien. Por lo pronto, la necesidad de evitar situaciones de contagio, pero también de llevarse un chasco de una baja participación, ha llevado a la organización del cónclave provincial del PP, previsto para el 25 de julio, a aligerar las normas surgidas del último congreso nacional ordinario del PP que supuso un hito en este partido al incluir, por primera vez en la historia, un proceso de primarias para que la militancia, hasta ahora acostumbrada al ordeno y mando, pudiera decir la suya respecto a sus líderes.
Este proceso de doble urna (una para la militancia y otra para la elección de compromisarios y compromisarias) será obviado en el cónclave provincial. La existencia de una candidatura única, la que representa el alcalde de Gavarda, Vicent Mompó, tras ser señalado por Génova y bendecido después por la dirección regional que dirige Isabel Bonig ha llevado al comité organizador del congreso a la decisión de saltarse el trámite de la doble urna, en principio prevista para el lunes pasado.
La presidenta del PP, Isabel Bonig, también fue finalmente declarada candidata única, aunque sí se sometió a la votación de la militancia. Eran otros tiempos, sin alerta sanitaria, pero también con mucha presión para estrenar la democracia interna. En medio del revuelo de la pandemia, el PP de laComunitat Valenciana será el primero de toda España en organizarun congreso, un reto que ha llevado a los organizadores a agilizar el trámite. Ahora bien, la militancia no podrá opinar, al menos en la provincia de València y en la de Alicante, donde también la candidatura única de Carlos Mazón ha sido aprovechada para retirar la doble urna. Como en la provincia de València ni votará la militancia ni se votarán los delegados que irán a los respectivos congresos.
En el caso de València las fuentes consultadas indicaron que tampoco era necesario ya que no ha habido pelea por ocupar las plazas de compromisarios. Hay plaza para unos 2.300. Sólo en algunas agrupaciones hay disputa, pero quién va o quién no va será decisión del presidente o presidenta local. La desaparición de la urna evita también el termómetro de la movilización. Una urna con pocas papeletas sería también una triste manera de empezar un liderazgo, que precisamente por venir señalado desde arriba tendrá que construirse.
Cabe recordar que Vicent Mompó logró reunir para su candidatura más de 4.0oo avales, una cifra importante teniendo en cuenta la situación del partido. Incluso fueron algo más que los que Bonig logró en su día de la provincia de València para su congreso regional. Ahora bien, hasta a la propia Bonig le ocurrió que el día de la votación de la militancia recibió menos papeletas que avales.
Aunque el censo oficial del PP habla de más de 50.000 afiliados, la realidad es que estas cifras están hinchadas desde los tiempos de Eduardo Zaplana y sólo pueden votar quienes están al día de las cuotas.
Eso sí, los compromisarios inscritos para el congreso provincial tendrán tres días para votar antes del congreso. La organización se enfrenta al reto de convocar un cónclave presencial en una situación de alerta sanitaria y por ello, quieren dar facilidades a los delegados para evitar desplazamientos. La idea es que los días 22, 23 y 24 haya urnas en las distintas sedes locales para que las personas reprsentantes puedan votar. Después, en el propio congreso y de forma presencial, el día 25, se votará. Al recuento se sumará las papeletas de los días anteriores, una suerte de voto por correo.
También se está estudiando la opción de voto telemático. Además, se está buscando una ubicación idónea para el congreso al aire libre para evitar situaciones de contagio.
