Con matices, subrayando que entonces era muy difícil calibrar el impacto del coronavirus en España y aún más activar los planes para afrontar la pandemia, Pedro Sánchez reconoció ayer algo que ahora considera «evidente». «Con los datos que tenemos hoy, llegamos tarde al estado de alarma. Con los datos que teníamos entonces, rotundamente no», dijo el presidente. «Tendríamos que haber aprobado el estado de alarma mucho antes», admitió. Sus palabras pueden verse como autocrítica, y hasta cierto punto lo son, pero recordó los datos de la pandemia en España en febrero, semanas antes del confinamiento aprobado el 14 de marzo, alegando que ni la sociedad ni las fuerzas políticas lo hubieran aprobado. Sánchez insistió en la «total transparencia» del Gobierno con las cifras de fallecidos y pidió «no bajar la guardia» ante el virus pero «perderle el miedo» para reactivar la economía.