La doble parada ayer de los reyes de España en la Comunitat Valenciana dentro de las visitas que los monarcas realizan estos días a distintos puntos del país, les llevó por la mañana a Benidorm, a mediodía al paseo Marítimo de València y por la tarde a presidir en el Museu de les Ciències la entrega de los premios nacionales a la innovación y el diseño.

La monarquía española no atraviesa su mejor momento tras la investigación en Suiza a las cuentas del rey emérito, pero los monarcas se esfuerzan en proyectar una imagen atractiva y sobre todo que su contacto con la ciudadanía evidencie que la recuperación tras la pandemia empieza a vislumbrarse en España. Y aunque el rey expresó en su discurso vespertino que lo peor ya ha pasado, también señaló que el impacto de la crisis aún no puede medirse, por lo que la incertidumbre sobre la economía no se ha disipado.

El monarca deja dos gestos, el de la preocupación por un sector clave para la economía valenciana como el turismo y el de reclamación de mayor inversión en investigación, lo que considera clave para la salida de la crisis

Tanto en el acto de Benidorm como en el València, grupos de ciudadanos se concentraron a su llegada, desplegaron banderas de España y les recibieron con aplausos, pero en València se notó más tibieza en el recibimiento que en otros momentos. A la llegada de los reyes a la Ciudad de las Artes sonó una dolçaina y cuando el acto había acabado y fuera ya del recinto un viva a la república.

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Letizia y Felipe en Valencia: los reyes pasean por la playa de Las Arenas

Esa búsqueda de imagen de cercanía llevó a los reyes al paseo marítimo de Benidorm antes del encuentro con los empresarios turísticos y a mediodía a la playa de Las Arenas de València, donde comieron paella en la Pepica junto al presidente Puig y el ministro Duque tras caminar por el paseo de Neptuno. El paseo de los reyes acabó a las puertas del conocido restaurante, donde la pareja real se puso las mascarillas e hizo uso del gel desinfectante instalado en el acceso de la terraza.

Si en València se decantaron por la paella, en Benidorm tomaron un helado de turrón, aunque la reina preguntó antes por los sabores disponibles y por la cantidad de azúcar. A la reina le dijeron que el helado estaba elaborado de forma artesanal, pero no lo probó. El rey saboreó una cucharada y exclamó que estaba buenísimo, cuentan quienes lo vieron.

La reina, centro de las miradas

Bajo un sol de justicia, miles de personas esperaron durante dos horas a los reyes en el paseo de Levante. Apenas 300 metros en primera línea de playa en el que se agolpaban bañistas, turistas y vecinos y en los que los balcones también se llenaron de curiosos que no querían perderse el paseo «real». Incluso de extranjeros que no sabían exactamente quién protagonizaba la ilustre visita. Varios asistentes constataban que la reina era el centro de todas las miradas.