Después de casi cuatro meses de pandemia a pleno rendimiento, los centros hospitalarios no tienen previsto bajar la guardia este verano en previsión de que los rebrotes de coronavirus que hay activos -tres en estos momentos- puedan ir a más y se entre en una segunda gran oleada de la covid-19.

Así, mientras otros veranos quedaban fuera de la circulación entre el 9 y el 12 % de las camas instaladas en los hospitales (de 900 a 1.130 camas de las 9.400 que hay en la C. Valenciana), este verano el cierre de plazas de hospitalización va a ser «anecdótico» y se va a quedar en un 2 %: unas 200 camas en julio y algo más de 250 en agosto entre todos los hospitales. El cierre estará además concentrado en los principales centros de la provincia de Valencia ya que en los de Castelló y de Alicante ya se ha comunicado a los trabajadores que no se va a prescindir de una sola plaza ante lo que pueda pasar.

Así lo han confirmado a este diario fuentes sindicales como el sindicato de enfermería Satse o Comisiones Obreras que han recopilado la información de las direcciones de cada departamento, a falta de una comunicación oficial por parte de la Conselleria de Sanidad. Según estos sindicatos, en la gran mayoría de centros los recursos van a quedar al 100 % durante el verano.

Castellón y Alicante, al 100 %

Así pasará en los hospitales de Castellón y de Alicante que no cerrarán plantas a excepción del Hospital General de Elx, que ya cerraron el pasado 15 de junio una planta con 46 camas para hacer reformas.

Los cierres, además muy puntuales, se restringen al Hospital Clínico, donde habrá 19 camas menos en julio, y las mismas en agosto y septiembre; el General de Valencia, que prescindirá de 38 camas en julio, y las mismas en agosto y septiembre, más 17 camas más durante 15 días de agosto; 36 camas en julio y en agosto en el Hospital de Manises y 35 camas en julio y las mismas en agosto y septiembre en el Hospital de La Fe, muy posiblemente en el área de Infantil como se ha hecho otros años, según puntualizan desde el sindicato CC OO.

La reducción es evidente si se comparan las cifras con el plan de verano de años anteriores. La batalla entre sindicatos y administración de todos los veranos era el tijeretazo que la sanidad valenciana metía a la disponibilidad de camas hospitalarias en julio, agosto y septiembre, simplemente para hacer compatible dar vacaciones a todo el personal ya que no se disponía de presupuesto suficiente para cubrir todas las vacaciones y bajas de los trabajadores.

De 1.134 camas a 200

Así, el año pasado, se cerraron de media el 9,3 % de camas en julio, unas 820, y cerca de 1.134 en el mes de agosto entre todos los hospitales valencianos, 200 de ellas solo en el hospital de La Fe con una capacidad cercana a las 1.000 camas. Esta medida de contención presupuestaria ha hecho que muchos veranos la «demanda de camas» superara a la oferta y en hospitales como el Clínico tuvieran que juntar a tres enfermos en habitaciones usadas normalmente para dos personas por la reducción de personal y el cierre de plantas.

Reserva covid y UCI ampliable

La medida va en consonancia con los criterios marcados por el Ministerio de Sanidad y la propia conselleria para estar preparados ante un eventual recrudecimiento de la pandemia. Así, los hospitales tienen ya reservadas plantas enteras para recibir a pacientes covid-19 si fuera necesario, tienen lista la posibilidad de duplicar e incluso triplicar la capacidad de sus UCI en cuestión de una semana y además la administración prometió que el 100 % del personal de servicios esenciales como Urgencias iban a tener sustitutos para garantizar las vacaciones del personal sin mermar la capacidad asistencial.

Para hacerlo posible, Sanidad ha mantenido los contratos que hizo en marzo como refuerzo por la pandemia y, además, ha mantenido el presupuesto de 62 millones de euros de otros años para el plan de vacaciones con refuerzos puntuales además en puntos críticos como Primaria o Salud Pública.

En el resto de autonomías, los cierres de camas previstos para este verano ya han provocado las críticas de sindicatos como Satse, desde el que han lamentado el cierre de 1.580 plazas en Andalucía; 1.270 en Madrid; 837 en País Vasco o 500 en Aragón.