La pandemia del coronavirus ha hecho evidente cuáles son los servicios esenciales y la grasa que puede sobrar a la administración. Parece, no obstante, poco probable que el tripartito se vaya a enfrascar ahora en una nueva negociación para adelgazar la administración. Cabe recordar el esfuerzo que supuso el reparto de carteras y del segundo escalón. Un eventual cambio en el organigrama tendría que ser fruto del acuerdo de los tres ya que el equilibrio de fuerzas se midió al milímetro hace un año.
El crecimiento del segundo escalón por parte de Compromís y Unides Podemos obligó, reconocen fuentes socialistas, a crear direcciones generales o secretarias adscritas al PSPV, pero que un año después, están sin cubrir, lo que evidencia que son innecesarias. Otras, están adscritas, pero con competencias que se superponen con otras o que simplemente apenas tienen contenido. Algunas fuentes de Compromís ligadas al segundo escalón aseguran que estarían dispuestas a revisar el organigrama, aunque no existe negociación política en este sentido, al menos que hay trascendido.
Propuestas demagógicas
Otras voces apuntan a que el presidente Ximo Puig podría hacer algún gesto de cara a la oposición y a la patronal para cerrar el acuerdo sobre la reconstrucción. Cabe indicar que ambos piden que la Generalitat dé ejemplo y recorte. Sin embargo, tanto el presidente Ximo Puig como la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, han descartado las propuestas, sobre todo del PP, alegando que son demagógicas y que recortar en altos cargos no es una solución para la crisis social y económica derivada de la pandemia.
Resolver disputas
Por otro lado, el bloqueo de Hacienda permite también a los distintos departamentos seguir resolviendo sus disputas a cuenta de las competencias. Son flecos, pero Presidencia de la Generalitat ya dejó claro que no quería más guerra por este reparto. De hecho, llegó a reclamar en su día todos los Rof para tratar de mediar en los conflictos abiertos. Los Rof, sin embargo, han encallado ahora en Hacienda, un departamento enfrascado ya en los próximos presupuestos y que ahora más que nunca tiene que vigilar con lupa el gasto.
