Desde la coordinación de la prueba de Latín de la selectividad lanzan un mensaje al alumnado: «pueden estar tranquilos porque si han hecho algo que no deberían haber hecho, por culpa de los errores del examen, en la corrección no se tendrá en cuenta». Así responden los autores del examen a las quejas sobre la prueba de Latín, realizada el pasado jueves, en la que había varios errores. Por ejemplo, se preguntaba al alumnado por palabras que no aparecían en el texto; de otras se indicaba que pertenecían a una conjugación que no era la correcta; había enunciados que provocaban confusión; y faltas de ortografía, tanto en latín como en la opción en valenciano.
Por eso, algunos profesores vigilantes así como departamentos de Latín de los institutos han redactado una queja formal al equipo coordinador del examen, al considerar que estas inexactitudes «han podido influir negativamente» en la realización del examen, además de «las constantes interrupciones» para realizar las aclaraciones a medida de que llegaban instrucciones.
Uno de los centros que ha elevado una queja afirma que la confirmación de uno de los errores llegó «14 minutos antes de la finalización de la prueba» y en otro texto se critica que los estudiantes, que hicieron numerosas consultas, tuvieron que estar «más pendientes de esta situación que de hacer el examen, con la cantidad de nervios que ya de normal comporta».
Desde la coordinación de la prueba lamentan la situación y aseguran que tomarán medidas «para limitar los errores en septiembre y mejorar los canales de transmisión de las noticias».
Las mismas fuentes apuntan que ayer hubo una reunión con los correctores y que todos coincidieron en que los errores «no tienen entidad como para perjudicar el valor y significado del examen».
«No ha habido quejas de los correctores ni la más mínima discrepancia, ha habido unanimidad sobre la validez del examen», detallan. Además, añaden que «hay una excelente disposición por parte de todos para que esto no afecte al alumnado, en todos los distritos universitarios».
«Errores humanos»
Por eso, garantizan que los errores «no afectarán a la puntuación» del examen, ya que se «evitará la más mínima consecuencia sobre el alumnado» y achacan los fallos a que «las circunstancias no eran las más adecuadas» cuando se preparó la prueba y a «errores humanos que pasan», aunque matizan: «tenemos que intentar que no vuelva a pasar».
Asimismo lamentan que el hecho de que no hubiera vigilantes especialistas en todos los institutos -como en la universidad-, haya podido aumentar la preocupación del alumnado, ya que no se les transmitió «sensación de seguridad».
Desde la Conselleria de Universidades defienden que «no debe haber erratas en los exámenes, siempre debe estar todo correcto». Por eso, también inciden en que todo lo que «induzca a confusión o error, será puntuado a favor del alumnado, que nunca se verá perjudicado de ninguna manera» -en este y en otros exámenes- y si algún estudiante piensa que así ha sido, «puede presentar una reclamación».
El planteamiento de los exámenes de las PAU no depende del Consell, sino de un grupo de profesores universitarios que redactan la prueba. En este caso, de cuatro docentes.
