El nombre propio que más sonó ayer, casi más que el de María José Catalá, fue el de la exalcaldesa Rita Barberá. Era de esperar, pero no hubo tribuno en el congreso popular que al acercarse al estrado no recordara el legado de la también exsenadora.

«Gracias a Rita Barberá el PP nacional ha sido lo que es», afirmó la nueva presidenta popular en la ciudad, que elogió la urbe «luminosa, que sorprendía» dejada por la exalcaldesa. Está por ver si aquella València de la expansión urbanística encaja con la idea de la «ciudad más ecológica de España» que afirma querer Catalá.

Las referencias emocionales a Barberá no van acompañadas, no obstante, de hechos reales. La propuesta de ejecutiva y directiva deja fuera a los exconcejales del equipo de la exalcaldesa (a los que Isabel Bonig tuvo un recuerdo en su alocución, destacando el papel de Eusebio Monzó). Hay que tener cuenta además que el entorno personal más próximo a la exsenadora acabó alejándose del partido tras la muerte de esta en soledad en Madrid tras acudir a una citación judicial.

«Ganar» con «populares»

«Ganar» fue la palabra que presidió la trasera de un congreso en el que, como se viene extendiendo por distintos lugares, la marca PP no aparece destacada en la rotulación. El emblema utilizado ayer a ambos lados del escenario fue el de «populares». La renovación parece que pasa por alejarse de la marca clásica y buscar nuevas formas sin el peso de lo que representan unas siglas que han sufrido lo suyo en los últimos años.

No obstante, Teodoro García Egea no se refirió a ese partido que en la C. Valenciana llegó a pensar en una refundación en los peores tiempos de escándalos de corrupción. Al contrario, lo que subrayó es que «ni Joan Ribó ni Ximo Puig ni Pedro Sánchez pueden ofrecer ejemplaridad».