Las y los estudiantes universitarios aseguran que la situación vivida los últimos meses ha puesto de relieve las carencias del sistema universitario valenciano. Así lo cree Andrea Paricio, vicepresidenta del Consejo Interuniversitario Valenciano de Estudiantes (CIVE), que esta semana compareció en las Corts para presentar las reivindicaciones del colectivo ante la crisis sanitaria y económica provocada por la covid-19.

Paricio asegura que los últimos meses han sido «de mucha incertidumbre» para el estudiantado y que ahora están a punto de matricularse «sin saber bien cómo será el próximo curso». La representante de CIVE explica a Levante-EMV y como detalló en la comisión de reconstrucción económica de las Corts, que las universidades «sí se han adaptado» y valoran la comunicación con la Conselleria de Universidades, departamento con el que han hecho «un seguimiento muy positivo de los problemas que percibimos los estudiantes, porques es muy importante que las reivindicaciones lleguen por nosotros».

«Creemos que lo que hemos vivido servirá para mejorar, porque las universidades han podido detectar los errores y tienen todo el mes de agosto y septiembre para prever cómo será el próximo curso, con más herramientas y tiempo», apunta.

La estudiante de Bellas Artes de la Universitat Politècnica de València considera que el Consell «ha dado pasos valientes, como el cambio en los requisitos y la ampliación de becas, o la bajada un 5 % del precio de las tasas de las carreras con mayor experimentalidad».

No obstante los estudiantes apuntan que todavía hay becas del curso que acaba de finalizar «por resolver» y, para 2020-21, pedían también una rebaja de la segunda matrícula, al entender que muchos alumnos habrán tenido problemas -más allá de lo académico- de aprobar todas las asignaturas este curso. «Entendemos que hay una falta de financiación estatal, pero hay que modificar todo el sistema de financiación universitaria, porque es muy grave que se base en lo que pagan los estudiantes por los suspensos», critican.

Otra de las propuestas que plantean las delegaciones de alumnos y consejos de estudiantes (integrados todos en el CIVE) es, a raíz de la situación generada por la pandemia, la necesidad de «mejorar la red de transporte y los bonos y ayudas» a los desplazamientos de los estudiantes, ya que prevén que, si todas las clases no son presenciales, muchos no alquilarán habitaciones en pisos compartidos «para estar dos días a la semana».

Se trata de una cuestión que, durante el confinamiento, trajo de cabeza a muchos estudiantes, pues no pudieron volver a sus pisos a por sus apuntes y, en muchos casos, debieron seguir pagando la mensualidad a pesar de haber vuelto al hogar familiar.

Acabar de estudiar en pandemia

La suspensión de las clases presenciales y el final de curso online ha afectado, según apunta, especialmente al alumnado que se encontraba en el final de sus carreras o másteres y que preparaban sus trabajos finales (TFG o TFM). «Algunos trabajos son estudios muy específicos que se han pospuesto hasta diciembre, porque con carreras muy experimentales, como Biomedicina, un trabajo teórico no sirve», explica la joven. Asimismo, Paricio también recuerda que para los universitarios las prácticas fueron otro de los «principales puntos de tensión» («se ha perdido la oportunidad de acercarse al mundo laboral»), junto a la decisión de hacer algunos exámenes finales con el alumnado vigilado a través de una webcam.

No obstante, considera que «lo peor ya ha pasado», y por eso lanza un mensaje optimista a los alumnos que han realizado la selectividad: «nos parece especialmente loable lo que han hecho y les damos ánimo, les estamos esperando para hacer que el la entrada a la universidad sea más fácil».