La intrusión marina, la sobrexplotación y la urbanización desmesurada amenazan los veinte acuíferos subterráneos costeros que existen en la Comunitat Valenciana. Un riesgo a tener en cuenta y no perder de vista frente a la amenaza de la crisis climática. La Conselleria de Política Territorial advierte de este riesgo real en la cartografía de suelos críticos para la recarga de acuíferos de la Comunitat Valenciana, presentada el pasado 16 de junio por el conseller Arcadi España, la directora general de Política Territorial y Paisaje, Rosa Pardo, y el director del Institut Cartogràfic Valencià (ICV), Xavi Navarro, entre otros.
Y la amenaza es real ya que, como se advierte en la memoria que acompaña la cartografía de suelos críticos para la recarga de acuíferos: «Hay que destacar el gran número de masas de agua que tienen más del 15% de su superficie permeable impermeabilizada artificialmente, lo cual supone una disminución significativa de la infiltración de agua de lluvia y, por lo tanto, de los recursos renovables». De los 16 acuíferos con mayor superficie permeable impermeabilizada (que impide su recarga) «catorce son masas de agua subterránea costeras».
Y tres de ellas los geólogos las consideran zonas críticas: los acuíferos del Cabo Roig en la Vega Baja, el de Xàbia y la zona norte de València. Se trata de territorios donde «más del 30% del suelo está impermeabilizado por la acción humana: carreteras, urbanizaciones, usos terciarios, por lo que la infiltración disminuye y toda agua que no se infiltra agrava las inundaciones» cuando se producen lluvias torrenciales, como las que se registraron en la Comunitat Valenciana en 2019 y durante el temporal del pasado mes de enero, según alerta Juan Gumbau, geólogo de Evren, la consultora que realizó la cartografía para la Conselleria de Política Territorial.
El acuífero de Cabo Roig, en la Vega Baja entre Torrevieja y Pilar de la Horadada, es el que peor situación se encuentra. Esta masa de agua subterránea se extiende a lo largo de 61.453.392 m2 y tiene una superficie permeable de 51.626.470 m2. Casi la mitad de esta última extensión (23.413.835 m2, el 45%) de suelo está «impermeabilizado artificialmente -con urbanizaciones, carreteras...- lo que afecta a la superficie de agua subterránea».
También está sellada el 41% de la superficie permeable del acuífero de Xàbia cuya masa subterránea se extiende a lo largo de 10.273.337 m2 y que tiene sellados 3.948.928 m2 de los 9.551.180 m2 de suelo que permitirían filtrar el agua de lluvia.
Por último, la masa de agua subterránea de la Plana de València Norte se extiende a lo largo de una extensión de 391.324.451 m2 sobre la que se extiende una superficie de 384.243.302 m2 que permitirían filtrar el agua de forma natural aunque en 133.423.004 m2 (el 35% de esta extensión del territorio) resulta imposible por la ocupación artificial. Desde la Conselleria de Política Territorial advierten, además, que tanto en la Plana de València, como en la de Gandia y en la de Castellló «gran parte de su sector agrícola depende de las aguas subterráneas».
