Un estudio de la Unidad de Sueño del Hospital Clínico de València, a través de los Servicios de Neurofisiología Clínica, Psiquiatría y Medicina Preventiva, ha demostrado que la terapia de grupo cognitivo-conductual puede ser eficaz para el tratamiento del insomnio en un entorno clínico. De hecho, es un tratamiento con una alta eficacia (en solo seis u ocho sesiones), más que los hipnóticos o sedantes a corto y largo plazo.

Como explica Manuel de Entrambasaguas, médico especialista en neurofisiología clínica, experto en medicina del sueño y primer firmante del estudio, existen pocos trabajos con pacientes reales como el realizado en el Clínico que demuestren la eficacia de esta terapia, basada en la educación e higiene del sueño, la reestructuración de falsas creencias, el control de estímulos o la relajación con elementos de mindfulness, además de la regulación del estrés.

El estudio, cuyos resultados se han publicado recientemente en la revista Neurología, incluyó grupos anuales de seis a diez participantes desde 2016 a 2019, durante ocho sesiones semanales impartidas por el médico y por diferentes psicólogos clínicos. La edad media de los pacientes era de 52 años y de los 32 participantes 15 estaban en tratamiento con medicación hipnótica para dormir.

Tal y como detalla el experto, «el insomnio puede ser consecuencia de distintos problemas de salud, pero cuando es el problema fundamental se denomina trastorno de insomnio» y es el más frecuente, ya que afecta al 14 % de la población adulta en España, según la Sociedad Española de Sueño.

Los resultados más significativos del seguimiento han sido una remisión del trastorno del 31% al mes y del 43 % al año de acabar la terapia, con una respuesta eficaz a la misma de la mitad de los pacientes (47% al mes y el 52% al año). Asimismo, según los diarios de sueño, el tiempo total de sueño se incrementó en 53 minutos de media al mes y 76 minutos al año.

«El estudio tiene algunas limitaciones, la principal que era pragmático abierto, pero los resultados obtenidos son similares a los encontrados en investigaciones internacionales y animan a profundizar en esta vía terapéutica como una alternativa a las pastillas para dormir», explica De Entrambasaguas.

El doctor incide en que el trastorno de insomnio es heterogéneo y complejo, por lo que es beneficioso un refuerzo personalizado de la terapia; además de dar importancia a los hábitos de sueño al mismo nivel que la buena alimentación o el ejercicio físico.