El Gobierno no contempla, por ahora, volver a poner en marcha el estado de alarma de manera parcial o total pese al incremento de la transmisión del virus tres semanas después de la llegada de la nueva normalidad. El Ejecutivo, que sufrió un gran desgaste social y político al implantar el estado de alarma, considera que, aunque una jueza de guardia paralizara ayer el confinamiento de la comarca del Segrià, donde hay transmisión comunitaria de coronavirus, las comunidades disponen de «instrumentos adecuados» y herramientas suficientes para hacer frente a los brotes, decretando encierros u otras actuaciones. De hecho, fuentes del Gobierno se mostraron confiadas en que la Generalitat encuentre la vía para soslayar el veto judicial.

Fernando Simón ratificó que el confinamiento es la medida «más rápida y eficaz» para reducir la transmisión del virus, pero si el Govern no puede aplicarlo, se pueden «plantear otras opciones» que a su juicio serán «suficientes», como modificar los aforos de los negocios, las aperturas de lugares públicos, etc.

En este contexto, el Gobierno presentó a las administraciones regionales un borrador del 'Plan de respuesta temprana en un escenario de control de la epidemia', que previsiblemente será aprobado el jueves en el Consejo Interterritorial de Salud. La nueva estrategia marca el camino a las autonomías, pero con la intención de que las actuaciones sean «consensuadas» en función de tres escenarios posibles. En el primero, la situación será igual que en la actualidad, en la que los gobiernos regionales deciden cómo actuar. Si sus acciones no dan resultado y el virus se extiende por varias autonomías, corresponderá a Sanidad tomar una decisión de obligado cumplimiento, informando antes a las afectadas. Es lo que el Gobierno denomina «actuación coordinada», un paso anterior al estado de alarma, que no se descarta pero que el Ejecutivo espera no aplicar.

El plan fija que las autonomías deben garantizar una capacidad suficiente de recursos humanos; disponer de planes de contingencia; garantizar el funcionamiento de un sistema de alerta precoz las 24 horas; asegurar la capacidad diagnóstica de laboratorio ante posibles aumentos de demanda y un rastreo eficaz y activo de casos, entre otros.